Gracias por leerlo :D

¡Empiecen desde la 1ª Entrada si queréis leer la historia de Carmen! No empiecen la casa por el tejado.


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lunes, 23 de agosto de 2010

56. ¿El váter habla?

Me quedé quieta esperando a que apareciera alguien o pasara algo.
Seguro que me estoy volviendo paranoica.
¿Qué va a pasar?
Me decidí a entrar.
La puerta no estaba abierta del todo.
Pasé.
-¡Buhaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!- Alguién gritó detrás de la puerta.
Chillé.
Mi corazón a mil por hora.
Oí ese sonido y sin pensármelo dos veces cerré la puerta de un portazo y con los ojos cerrados metí un bofetón a lo primero que se cruzó.
Sonó un golpe seco.
Se oyó un grito de dolor.
Era él.
-¡David!-grité descolocada con el brazo en alto.
Allí estaba él aún con cara de sorpresa y dolor, con la mano en la mejilla por el bofetón que le había dado con todas mis fuerzas.
Yo no sabía qué decir o qué hacer.
Le había cruzado la cara literalmente.
-No hace falta que digas nada. Me lo merezco, no debería de haberte asustado. ¿Desde cuando una tan delgadita como tú mete esos bofetones?-Me preguntó incrédulo.
Me acerqué a él.
No tenía ni idea de que debía hacer.
Se quitó la mano de la mejilla.
Mi mano allí estaba en su cara a modo de dibujo.
Menuda señal…
Me miró con una expresión de dolor que también me miraba extrañado por la fuerza con la que le había pegado. Parecía idiota.
Entonces me empezó a entrar una risa incontrolable.
Él estaba ahí parado con cara de idiota y la señal de mi mano en su mejilla.
La situación me parecía de lo más cómica.
Intenté contenerme pero no fui capaz.
Mi risa comenzó a ser risita nerviosa, luego pasó a carcajada y comenzó a mutar en una risa parecida a la de un burro.
Odiaba esa risa, pero una vez que empezaba con ella era imposible parar.
A él se le contagió la risa solo de oírme.
Empezó a dolerme la barriga de tanto reír.
Casi no podía estar de pie.
Entonces paré y le imité la cara que él me había puesto y volví a reírme a carcajadas.
A él también le hizo gracia.
-Solo por esa risa tan original mereció la pena que me pegaras.-dijo él con una amplia sonrisa.
-Por favor, no me vuelvas a asustar. O aquí acabaremos mal.-le dije limpiándome las lágrimas de los ojos.
-Está bien. Te doy mi palabra. Cualquiera se mete contigo…
Puso una cara que me daba a entender que con aquel bofetón había aprendido bien la lección.
-¿Se puede saber por qué lo has hecho?-le dije intentando parecer más seria.
-Porque parecías un poco indecisa al entrar.
-¿Cómo?
-¿Qué te daba vergüenza entrar o llamar a la puerta?
Entonces sin poder evitarlo comencé a ponerme roja.
-¿Cómo lo sabes?-dije con la boca chica.
-En esta casa hay varias cámaras. Me he reído un rato…
-Oh…
Después de eso que acababa de decir me quería hundir bajo la tierra.
Quería huir y morirme a solas de la vergüenza. Vi que él aún se encontraba detrás de la puerta y que esta aún estaba un poco abierta dejándome espacio para salir.
Fui a dar el primer paso para salir cuando él ya estaba bloqueándome la salida.
-¿A dónde quieres ir? -dijo.
-A morirme a solas de la vergüenza, ¿y tú? -le dije sin mirarle e intentando que no viera lo roja que estaba.
A él le hizo gracia.
Aún así él no me dejaba salir.
-Pues yo quiero quedarme aquí, que te quedes conmigo y que se te pase la vergüenza. ¿te parece?
Puso una mano en mi hombro.
Supongo que con eso pretendería que yo le mirara a la cara.
-Pues no me parece. No me parece bien que me digas tan libremente que te has reído de mí. -le dije mirándole, mostrándole lo molesta que estaba.
-¿Cómo no quieres que me ría con lo graciosa que eres?
-No lo hago aposta.
-Lo sé. Ahí está la gracia. De todas maneras, ¿tanto te importa lo que piense yo de ti?
-No sé si sabes todo ese rollo de causar buena impresión.-Le dije mostrándole que era evidente.
-¿Todo ese rollo?-dijo entre risas. Me miró de arribabajo.- Qué graciosa…¿De dónde has sacado esas zapatillas tan chulas?
-Son un regalo que me hicieron. ¿Nunca habías visto unas?-dije a la vez que movía los pies con un alegre baile.
Él se quedo pensativo tratando de recordar.
-No. De todas maneras la gente que conozco suele arreglarse hasta para dormir. Puedo asegurarte que tienes un look muy propio para estar por casa.
-Quizá es que por aquí sois muy raritos… ¿El váter habla? Enserio que vi uno en la tele y ya no me fío del que tengo en la habitación.
Este se partía de risa hasta llegar el punto que yo tampoco podía para de reír.
Le había descolocado completamente.
-No, no habla.-dijo después de quitarse las lágrimas de los ojos.
Entonces me quedé mirando las cosas que tenía colgadas en la pared de la habitación. Todo era de películas antiguas y algunas no tan antiguas.
La habitación era digna de un museo.
Era muy elegante y llena de dibujos preciosos en las paredes.
En una de ellas estaba dibujado un atardecer.
-¿Tienes hambre ya, o aún te encuentras mal?
-Pues la verdad es que si tengo hambre.

Menos mal que me lo ha dicho él.
- Eso está bien. Pues dime qué quieres.
-¿Cómo que qué quiero?
-Pues eso. ¿Qué vas a querer de comer? Que te consigo cualquier cosa.
Cómo me fastidia eso de tener hambre y no saber de qué, pero bueno, esta vez me vino rápido a la cabeza.
-Un kebab de pollo y en pan de pita.
-Está bien. Buena elección.
Enseguida se movió.
Lo poco que podía saber de él, era que no paraba quieto y que no paraba de sonreír.
Se movía muy rápido.
Probablemente él fuera hiperactivo.
Me hizo un gesto para que pasara a ver su habitación.
Él se fue al escritorio y se sentó en un gran sofá de cuero.
Entonces cogió el ordenador tecleó unas pocas palabras.
-Pues en menos de veinte minutos lo tienes aquí, ¿vale?
-Perfecto.
Se llevó la mano a la barbilla en gesto pensativo.
Estaba guapísimo y parecía un ken.
Babas...
Tragué saliva.
En realidad la pensativa era yo.
¿Le acababa de meter un bofetón a David Mosley?
¿Qué él acaba de pedirme la comida?
¿LE HE PREGUNTADO QUE SI EL VÁTER HABLA?

Que ganas de pellizcarme me están entrando otra vez…

viernes, 20 de agosto de 2010

Más SEXO y más fama¡

Si, sin duda todos conocemos esa palabra mágica con la que nos podrían vender incluso un tarro vacío.

SEXO SEXO SEXO SEXO SEXO

Pon dos tetas grandes al lado de cualquier cosa que podrás venderlo¡¡
¿Alguien se a parado a mirar detenidamente a Pamela Anderson?
¿Acaso la conoces por tener unos ojazos?
¿Qué me dices de Ana Obregón?
¿Y de Yola Berrocal?

SEXO SEXOSEXO SEXO SEXO SEXO SEXO SEXO

Pon a una chica joven a la que envidiar, que también lo venderás¡¡
En los anuncios de cremas antiarrugas te ponen a una chica que no las tiene, y en los de anticelulitis a una chica que aparte de no tener celulitis, podrías usarla de palillo de dientes de lo delgada que está.


Di que algo es SEXY porque alguien lo lleve... TAMBIÉN LO VENDERÁS¡¡

SEXO SEXO SEXO SEXO SEXO SEXO

¡Qué más da lo inteligente que seas!
¡Estamos en el S. XXI!

SEXO LIBERTAD SEXO LIBERTAD SEXO LIBERTAD...


¿PERO ES LO QUE QUIERES QUE APRENDAN TUS HIJOS?

Y es que cada vez oigo más burradas de niños MUY PEQUEÑOS¡

...


Mientras tanto los que somos más mayores nos divertiremos viendo vídeos como este¡¡

Disfruten del provocador, polémico y censurado (en este caso no lo está) vídeo de Rammsteim- Pussy.


Videos tu.tv

jueves, 19 de agosto de 2010

55. La peor hija del mundo.

Definitivamente no.
Volver podía ser una de las mayores gilipolleces que podía hacer.
¿Qué pintaría yo otra vez en Cáceres?
¿Qué pretendía decir si volvía?:
-Ey, mira… que estaba yo en Nueva York en una casa tan lujosa como las que salen en las revistas como el hola (o incluso varias veces mejor), he visto que vivía allí dentro uno de los chicos más guapos que he visto en mi vida, que encima es rico y famoso… Tenía allí una oferta de trabajo en uno de los hoteles más lujosos de la zona y he pensado que vuelvo con Alberto porque me siendo indignada con una mujer que me ha dado la oportunidad de mi vida porque a mí me acaba de dar una rabieta y llevo un día de mierda… Es por eso que volví a Cáceres.

¿Qué estamos tontos o qué?

Volví a la realidad y a aquella conversación que manejaría mi destino durante un tiempo.

-Clara… Creo que en realidad tengo un día tan bueno como malo… Y…
-Antes de que digas nada, Carmen, deja de pensar tonterías y quédate allí. - me iterrumpió.- Por lo menos espera a tener un buen motivo para irte. Si no quieres ver a David pues no le veas. Reconozco que debería de haberte dicho algo más, pero lo que ahora mismo pienso es que estás cansadísima y que no sabes muy bien lo que estás diciendo. Mi hijo no va a molestarte para nada si es lo que quieres. En cuanto tú me digas yo le digo que se vaya.

-Tienes razón. No pienso volver a casa y menos por tu hijo.
-Si lo piensas Carmen, yo no te mentí en ningún momento. Tú cuando fuiste allí, ya sabías que mi hijo se llamaba David, por lo que sabías el nombre. También recuerdo haberte dicho que la casa era lo suficientemente grande cómo para no tener que coincidir. Fuiste tú la que tampoco se fijó en los detalles…-dijo para quitarle tierra al asunto.
-Si lo piensas de ese modo…-dije no muy convencida.
-Mira ahora descansa, come algo, relájate y ya mañana me dices qué te parece todo aquello, ¿Vale?
-Está bien. Muchas gracias por todo Clara.
-No hace falta que me las des. Acuérdate de llamarme, ¿vale?. Cuídate.
-Igualmente. Adiós.

Colgué.
Allí estaba yo.
Tumbada en aquellas sábanas de seda blanca.
Aquel colchón que era como estar tumbado en una nube.
Aquella sensación de paz que me decía que no tenía nada que hacer.
No más preocupaciones.
No más compartir mis decisiones condicionadas por lo que piensen los demás ni los sentimientos de los demás.
Tenía la oportunidad de ser yo y solo pensar en mí.
Hoy no me sentía bien del todo físicamente, era evidente, pero algo de mí comenzaba a sentir algo parecido a la libertad.
Me levanté sin ninguna prisa y abrí mi maleta.
Coloqué lo poco que había traído.
Di una vuelta por mi habitación.
Tenía dos puertas más dentro de la habitación y abrí la que más cerca se encontraba allí.
Pero…
¡Qué es esto!
Era algo parecido a un cuarto de baño.
Parecido porque era lo más lujoso que había visto yo en un baño.
Tenía un jacuzzi, calienta toallas, ducha con hidromasaje, televisión, un váter con mil botones…
¡Las toallas tenían mi nombre bordado!
Los armarios estaban llenos de productos de belleza.
Las flores que tenía en aquellos jarrones de formas imposibles no las había visto en mi vida…
Tenía un sofá y todo.
Demasiado.
Era demasiado.
Aquel sitio se presentaba como un santuario ante mis ojos y mi cuerpo pedía una ducha a voces.
Eso hice.
Preparé el baño y eché al agua muchísimas burbujas.
No encendí nada.
Solo quería disfrutar del silencio.
Aquella bañera se amoldaba a mi cuerpo y sin darme cuenta caí en un profundo sueño.
Una imagen me despertó.
Alberto me daba el colgante de ámbar.
Abrí los ojos y allí estaba el colgante sobre mi pecho.
Entonces recordé que yo era la peor hija que se podía tener.
¿Cuándo pensaba llamar a mi familia?
Enseguida salí del agua y busqué el móvil lo más deprisa que pude.
Les dí a todos un toque y llamé a mi madre que había estado por mi culpa a punto de un ataque de nervios.
Le dije que todo estaba bien, que la casa era muy bonita y que el hijo de Clara muy simpático. Le
Si le hubiera dicho a mi madre lo que pasó en verdad, una de dos: o no me creería, o le hubiera dado algo cuando hubiéramos llegado a la parte en que me golpeaba David Mosley.
Recordé también que tenía que darle el toque a Alberto.
Era algo simbólico.
Esperaba que aquel toque fuera el punto y final a lo nuestro, pero la vida da muchas vueltas y nunca se sabe.
Lo hice.
Entonces mi barriga comenzó a sonar.
Tenía muchísima hambre.
No me quedaba otra que volver a aquella extraña realidad e ir a la habitación de David.
Me puse uno de los pijamas que había traído.
Era del monstruo de las galletas.
Era muy infantil, pero a mí me gustaba.
Mis zapatillas de estar por casa más de lo mismo.
Eran unas zapatillas converse de peluche.
Me hice una coleta y ahí estaba yo con mi look de estar por casa.
No podía estar con peores pintas de las que estaba ahora mismo o que con las que había llegado.
Me daba igual lo que pensara David.
Me dirijí a su habitación.
Por el camino se iban encendiendo las luces solas.
El pasillo era enorme.
Llegué a su puerta y de repente me invadió la vergüenza.
No tengo ni idea de cuanto tiempo estuve pensando si entrar o no entrar.
Si daba un golpe, dos, si me oiría, si le molestaba…
Me sentía idiota frente aquella puerta y lo que había detrás de ella.
Entonces la puerta se abrió sola.


O_o ???!!!

sábado, 14 de agosto de 2010

54. ¿Es la hora de echarse atrás?

-¿Sí?
-Hola preciosa. ¿Qué tal estás? ¿Has llegado a casa? Esperaba que nada más llegar me llamaras. David tampoco me ha llamado. ¿Está todo bien?

Por supuesto que ella esperaba eso. El tono con el que me lo había dicho incluía cierta guasa. Sabía que ella estaba deseando que le dijera algo de su hijo. Aún no sabía cómo responderla. Por un lado pensaba que no había cometido ningún delito no diciéndome nada. Por otro lado no podía dejar de pensar que era una cabrona.
Lo que había hecho era casi como hacer trampas.
Yo no hubiera omitido el gran detalle de quién se trataba su hijo. Era casi imposible no saber quién era él. ¿Tanto le hubiera costado decírmelo?
Pero si lo pienso dos veces, creo que si yo hubiera sabido quién iba a ser mi nuevo compañero de piso yo me hubiera negado a venir.
¿Qué pinto yo aquí con él?
¿Qué pinto yo en esta casa que podría necesitar un mapa como si se tratara de Isla Mágica?
Encontraré algún día aquí mi lugar.
Quería ser mala.
Aprendí con el tiempo que una de las mejores maneras para hacer daño es contando la verdad.

-Pues Clara, si te soy sincera no sé si todo está bien. -dije seria.
-¿Cómo? Dime ya mismo que ha pasado.-dijo Clara empezando a impacientarse y a preocuparse.
-El viaje digamos que no ha sido cómo yo esperaba.
-¿Te han perdido algo? ¿Te han tratado mal? Dímelo ya mismo porque cómo sea así ¡pienso hacer lo que sea!.
-No Clara, nada de eso.
-¿Entonces qué?
-Justo cuando tú te fuiste apareció Alberto. Intentó hacer para que me quedase con él…
-¿Estás aún en Cáceres? ¿Te convenció para que te quedaras?
-Nada de eso Clara. Al despedirse le di un beso que me hizo dudar. Durante unos minutos estuve apunto de bajar del autobús. No sé si venir aquí estuvo bien…
-Pero dime Carmen, ¿Has llegado? ¿Hay algo qué no te guste? Alberto me parece muy egoísta no dejándote en paz con tus decisiones.
-Yo si hubiera estado en su lugar también hubiera hecho cualquier cosa para que él se quedara conmigo. En realidad Clara lo que pasa que estoy muy cansada.
-¿Y eso?
-Porque creo que nunca me había sentido tan avergonzada como hoy.
-Explícate mejor.
-Cuando iba de viaje a Madrid no pude dormir pensando en Alberto. Más bien entendiendo que lo nuestro era un adiós definitivo con un final abierto. Me tiré todo el viaje del avión durmiendo y me he levantado con una resaca horrible.
-¿Te duele la cabeza?
-Peor, mucho peor. Me he tirado queriendo vomitar desde que me bajé del avión. Las ganas fueron aumentando progresivamente, así hasta que tu hijo me hizo una llave que me quedó inmovilizada cuando llegué a casa y le acabé prácticamente vomitándole encima.
-¿Cóooooomo? ¡Yo le mato! ¡Te prometo que lo mato! ¿Se puede saber que estaba pensando este chico para hacer eso?¡Una llave! Ahora mismo le digo que haga las maletas y se vaya de casa.

Clara en estos momentos estaba totalmente cabreada. Ida entre sus propias voces. Yo intentaba gritar más fuerte para que me escuchara, pero parecía no haber manera.
Lo que le había dicho era verdad, pero yo no era ninguna niñata y me estaba comportando como tal.
Tampoco quería que David se fuera de casa.
No era justo.

-¡Clara, me quieres escuchar de una puta vez!- Grité.

Esa pareció ser la única manera para crear un silencio al otro lado del teléfono.

-Clara, no quería en realidad decir eso, pero era la única manera para qué me escucharas. La culpa es mía, por haber bebido tanto ayer. Cuando llegué me encontraba tan mal y tan desesperada por llegar y vomitar que se me olvidó por completo que tenía que avisar a David de que había llegado. Cuando llegué en esta casa tan grande, era imposible que él supiera que estaba dentro de la casa, por lo que cuando me vio en la habitación de juegos, o como se llame, hizo lo que hizo. En cuanto supo quien era me soltó. Debido al golpe y al susto yo no pude evitar el vomitar.
-Carmen…-dijo cómo expresando que yo no tenía remedio y que las cosas malas sólo me pasan a mí.
-Sí mucho Carmen y mucho Carmen, pero con lo fácil que es pronunciar un maldito nombre, ¿tan difícil era mencionar que tu hijo era David Mosley? ¿Tan difícil era mencionar que me traías a una mansión?- dije muy enfadada.
-¿Eso te hubiera ayudado en algo?-dijo Clara sin darle importancia a mi enfado, restándole importancia al asunto.
-Pues un poco si. Quizás si lo hubiera sabido…
-A ver, para un poco Carmen. ¿Acaso te arrepientes de estar dónde estás? Lo dices como si estuvieras en casa con Osama Bin Laden.-dijo riéndose.- No merece la pena que digas algo de lo que te puedas arrepentir después. Cualquier otra chica me estaría aquí dándome las gracias o estaría medio loca por haber podido tocar a David. Esto no es broma, las hay que me siguen sólo para poder llegar a él. Todas están obsesionadas con él y ahora mismo tu me estás diciendo, o por lo menos me intentas insinuar que si lo llegas a saber no hubieras ido a Nueva York… Es que casa día me sorprendes más… Carmen, si quieres irte, vete. Yo no te obligo a que te vayas ni a que te quedes. Si quieres el billete de vuelta ya sabes cómo conseguirlo.

Me ha dado precisamente dónde me duele.
Es cierto, ella nunca me obligó a nada.

¿Debería de irme?
¿Sería este el momento de echarse atrás?
Volver con Alberto e intentar volver a ser felices…

domingo, 1 de agosto de 2010

Vuela con tu tabla de Skate¡¡

Lo veo y se me ponen los pelos de punta¡¡

Hacen cosas que parecen imposibles¡¡

Este es Tony Hawk


Quiksilver Tony Hawk Show - Skate show highlights
Cargado por quiksilver. - Descubre los videos de deportes más espectaculares.



Vacaciones¡¡
muchas ganas de pillar olas con la tabla¡¡
Cuenta atrás ¡¡¡ :D

No paro de escuchar SCISSORS SISTERS¡¡
Buenísimos¡¡




Que tengáis buen verano¡¡

Carmen ya volverá y os seguirá contando¡¡