Gracias por leerlo :D

¡Empiecen desde la 1ª Entrada si queréis leer la historia de Carmen! No empiecen la casa por el tejado.


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lunes, 24 de enero de 2011

7 Cosas sobre Elenanito.

Ahora mismo el tiempo no me sobra, al igual que las ganas de enredar un rato!!

AiRaMer me ha dejado un regalito :) muchísimas gracias! Es un honor para mí ! Ya pondré mi premio y nominaré al número de personas indicadas, por ahora y para satisfacer vuestras necesidades cotillas (que yo también tengo), os confesaré 7 cosas sobre mí y no de Carmen.

Le dedicaría muy gustosamente a este post horas y horas, (¿Quién me va a conocer mejor que yo misma?) pero empiezo el periodo de exámenes y como ya dije al principio, el tiempo no me sobra.

1. ODIO A LA GENTE PATATA. Pensaréis... ¿Qué es una persona/gente patata? Son esas personas que se pueden llegar a comparar con las figuritas de Lladró de tu abuela. Sabes que están ahí, que tienen valor,que son exclusivas, que son bonitas, adorables, pero... CARECEN DE VIDA. No hablan, no interrumpen, son inseguras, no ríen... No puedo con ellas, siempre necesito gente con mucha vidilla a mi alrededor y por suerte es así.





2. Tengo el pulso para fracasar robando panderetas. Os parecerá una tontería pero eso me hace asumir que nunca trabajaré de camarera. Soy patosa... Mucho.

3. El mundo nunca me deja de sorprender. ¿Quién les dijo a las mujeres que estaban guapas siendo naranjas? ¿Nadie se dio cuenta que en Disney Channel le lavan la cabeza a los niños con ser populares? ¿Un coche caro me dará felicidad? ¿Las gafas hacen parecer más interesante a la gente? ¿Algún día de mi vida dejaré de oír cosas de la pantoja? ...

EN FIN... incógnitas infinitas.

Creo que daría todo lo que se por todo lo que ignoro.

4. Me encanta encontrar gangas. ¿Y a quién no? Los hay que presumen de las cosas caras o exclusivas que tienen, a mi ese rollo no me va. Cosas caras las hay siempre, pero las gangas NO.

5. Me río con el humor negro. No lo puedo evitar.

6. Tras cuatro años y grandes esfuerzos he dejado de fumar. Estoy muy orgullosa. Fue antes de la ley antitabaco. Gracias a esta ley ahora sabemos a qué huelen realmente los bares, y les puedo asegurar que en algunos sitios era más feliz en mi ignorancia con olor apestoso en la ropa y saturación de humo en el ambiente.

7. Uno de los días que más vergüenza pasé fue cuando... estaba en una discoteca me fui a quitar la sudaderá y en vez de quitarme solo eso, me quité también la camiseta y acabé en sujetador delante de todo el mundo que acababa de conocer. No pasó nada. Sigo vivita y coleando. Hay cosas peores...

Ya os contaré...


HASTA PRONTO.

domingo, 16 de enero de 2011

85. Se me va de las manos.

Creo que mi estado de shock duró un poquito más de lo esperado.
Vi como Miranda estaba extrañada por mi reacción.
¿Ella esperaba que estuviera feliz por llamar la atención de los medios de comunicación?
¿Creería que era mi propósito aquí? ¿Acaso podemos pensar que especular sobre mi vida y de lo que hago es lo que vengo buscando? Piensa ella que vengo buscando publicidad?
Ya empiezan a decir cosas que no son verdad.
No pinto nada en la historia de Jennifer y David y seguro que me intentan meter en el medio.
No llevo aquí tres días y ya la gente habla de mí.
Creo que Miranda piensa eso. Es por eso que me mira así. Creería que iba a ver una sonrisa dibujada en mi cara y es todo lo contrario.
Siento miedo y pavor a perder mi intimidad.
¿Qué pasaría si decidieran investigar y descubrieran cosas que mi familia no debiera saber?
Si quisiera que hablaran de mí me hubiera quedado en Cáceres soportando las críticas de la gente a la que conozco.
Allí no paran de hablar de que no entienden el motivo de porqué lo dejé con Alberto y creen tener la libertad de decidir si eso está bien o está mal.
Juzgan los actos de los demás constantemente sin importarles que las personas somos muy vulnerables ante lo que piensen los demás de nosotros.
Muchas veces nos juzgamos a nosotros mismos mirándonos a través de los ojos de los demás y eso muchas veces no nos deja ver con claridad lo que en realidad somos.
Al volver en sí otra vez pregunté que había pasado.
Necesitaba volver a oírlo.
Ella vio que yo no era capaz de asimilarlo como algo bueno.
Sentí un plomo encima.
-Que raro. Eres la primera chica que quiere pasar desapercibida. Pues viviendo en casa de David lo vas a tener difícil.
Miré a David que estaba en una entretenida conversación con Giovanni y no se estaba enterando de nada de lo que me había dicho Miranda.
No se si a él le importaría mucho. Él ya se había acostumbrado a ello e intentaría tranquilizarme.
Mientras siguiera siendo la chica X no pasaría nada.
-No me imaginé en ningún momento que se fueran a fijar en mí cuando llegué aquí. No sabía que David era el hijo de Clara.-le dije a Miranda.
No esperaba una respuesta.
Esperaba que alguien me dijera que todo iba a salir bien.
-Pues siendo tan guapa… Es que pareces una muñequita de porcelana. Te aseguro que no vas a pasar desapercibida.- Me dijo ella a la vez que se encendía un cigarro y me ofrecía. -No trato de asustarte diciéndote que no te van a dejar en paz, pero tienes que ser realista.
Acepté el cigarro.
-Gracias, aunque no me haga ni gracia llamar la atención por cosas que no son verdad…
-Pues esto es el principio. Prepárate. Si eres una chica fuerte podrás con esto y mil cosas más. Esto no es lo peor que le puede pasar a alguien.
Cogí una gran bocanada de aire.
¿Qué otra cosa podía hacer? Sería el precio a pagar. No todo podía ser de color de rosa.
El precio a pagar por estar en una casa llena de lujos, rodeado de famosos y por ahora sin estar trabajando…
Mas vale que por ahora quedara en secreto, si no los de mi familia me iban a matar por no decir nada. Al igual que el resto de mis amigos.
-Pues entonces me prepararé a conciencia.
Ella me miró y sonrió.
Yo le correspondí con otra gran sonrisa. Algo me decía que ella y yo nos íbamos a llevar bien.
-¿Te gustan los tatuajes?-Me dijo ella dirigiéndose a la mesa donde estaban David y Giovanni colocando las cosas para el tatuaje.
Giovanni estaba sentado realizando algunos dibujos para el tatuaje de David.
-Hombre, a mi más que el tatuaje me gusta mucho más dibujar.
Ella pareció sorprenderse cuando dije eso.
-¿Dibujar? ¿Qué tal se te da?
-Hombre pues ni bien ni mal. Es algo que hago por diversión.
Se puso la mano en la barbilla pensativa y luego puso cara de tener una genial idea.
-¿Quieres intentar hacer el boceto del tatuaje de David? Vamos a hacer una cosa. Tú, yo y Giovanni. A David no le digo. Dibuja fatal.-Dijo mientras le miraba y David se reía dándole la razón-Vamos a intentar dibujar el tatuaje de David. El mejor gana. Solo se podrán ver una vez estén acabado. Nada de trampas ¿Qué te parece?
Todos se quedaron mirándome esperando impacientes a que aceptara.
-Por mí… Me da igual. No esperes nada del otro mundo.
Me dieron papel, me dieron todo para dibujar.
Allí en la mesa del salón nos sentamos todos y comenzamos a dibujar.
Miranda al quedarme con ella hablando descubrí que era una chica genial.
Tenía chispa, era espontánea y original.
Tenía su propia empresa y a la vez que se dedicaba al tatuaje.
Ella pertenecía a una familia Italiana muy rica y famosa gracias a la política.
Al ver que desentonaba decidió dejarlo todo, y con ahorros que tenía y trabajando de modelo, montó su propia tienda y poco a poco se hizo un hueco entre las marcas mas conocidas.
Me dijo que me daría unas cuantas cosas de su tienda gratis con tal de que me las pusiera de vez en cuando.
Me estuvo preguntando cual era mi historia para llegar aquí, entonces ella me escuchaba alucinada, no se creía que las mayoría de las cosas que me habían pasado hubieran sido en menos de un mes y que aquí estaba yo.
No me podía parar de reír cuando Miranda al igual que había hecho yo antes intentaba sacarle a David el tema de la fiesta de los Bells.
Quise saber cómo se habían conocido.

Esto me lo contó Giovanni, que no había hablado antes mucho porque estaba totalmente concentrado en su en su dibujo.
Ellos tendrían en torno a los diecisiete años. Todos habían coincidido en una fiesta de cumpleaños que había organizado en una casa al lado de la playa otra chica, que también era conocida en la actualidad. Me enseñó una foto de una revista para que supiera quién era.

Los tres acabaron robando unas cuantas botellas de la bodega del padre de esa chica y bebieron en la playa. Hasta entonces la fiesta había sido un coñazo.
Acabaron los tres desnudos por la playa y al salir del agua y con la cogorza, los pillaron los padres de ella.
A partir de ese momento los tres acabarían unidos. Después de la pedazo de bronca que les cayó a los tres.
Por lo que me estaban contando, la habían liado muchísimas veces.
Mientras Giovanni contaba la historia en la mesa no paraba de haber miradas cómplices entre ellos.
De hecho diría que casi podría ver en el salón miradas con conversaciones telepáticas y paralelas entre ellos.
Era claro que entre ellos parecía haber un vínculo especial que venía de muchos años atrás.
Yo me sentía rara con ellos a la vez que muy cómoda.
De vez en cuando se hacía algún silencio en el que todos, excepto David, nos poníamos a dibujar.
Lo único que a veces hacía que me distrajera de mi dibujo era sentir como tenía encima la mirada de David.
Cuanto más le miraba más me gustaba. Intentaba no mirarle mucho.
Allí estaba él sentado cerca de mí con su copa en una mano y su cigarro en la otra.
Le daba cierto aire teatral y de caballero de película.
Parecía serio, pero cuando nuestras miradas coincidían él me sonreía y yo sentía cierto cosquilleo indescriptible.
Me encantaba oír a Giovanni, su voz era un susurro grave que le daba cierto aire misterioso y atractivo. Era muy relajante. Contaba las cosas sin prisa y sin pausa.
David se fue a decirle los ingredientes que quería a Margarita para hacer la cena esta noche.
Luego me pidió la cámara de fotos y empezó a hacer fotos.
Me estaba dando cuenta que David es hiperactivo y no puede parar quieto mucho tiempo.
En un pequeño silencio, oí mi móvil que estaba en vibración que empezaba a sonar. Dejé el dibujo encima de la mesa que estaba casi acabado y me fui a buscar rápidamente el móvil. Era Lucía.
Me dirigí a otra habitación para hablar con ella.
-Hola guapa.-Le dije yo toda animada.
-Hola chica X.-Me dijo ella con el mismo tono de voz.
Se me encogió el estómago.
-¿Qué?¿Cómo que chica X?- dije con la voz que apenas me salía.
Yo estaba con los ojos abiertos de par en par. Congelada.
-No me lo podía creer este mediodía. Estaba comiendo, puse un programa del corazón y no me lo podía de creer. ¡Eras tu con David Mosley! De hecho te estoy viendo ahora. Es super gracioso saber que nadie sabe que eres tú. Solo lo se yo. -Me dijo de los nervios casi gritando.
-¡Si, vamos mega super graciosísimo!
Mi ironía en esa frase llegó a extremos antes nunca alcanzados. Estaba flipando. ¿También en España era la chica X? Se me va a ir de las manos el asunto seguro. Solo llevo dos días aquí y mira…
-Carmen, pues si con esa ropa estas irreconocible. Ni aunque digan que te llamas Carmen lo iban a saber.
-¿Hablas enserio?
-¡Qué si! Cuanto más le veo a él más envidia me das. Por cierto, ¿ha pasado algo que deba saber…?
-Pues he montado en helicóptero y he visto la ciudad desde el aire. He comido en un restaurante de esos que lo alucinas con los platos y ahora estamos en casa que David se va a hacer un tatuaje.
-No me refería a eso, pero desde luego el día suena bien.-Dijo totalmente impresionada.
-¿A qué te referías?
-Que si ha habido tema.
-Tú estas flipada. No, aún no.
-Pues tiempo al tiempo. Desde luego haceis buena pareja, ahora que os veo…
-Deja de mal influenciarme. No me ayuda ahora mismo.
Ella comenzó a reírse. A mi no me hacía ni un poquito de gracia.
-Bueno guapa tengo que ponerme a colocar las maletas que ya dentro de nada nos vamos a Tailandia.
-¿ya?
-Si, el tiempo pasa muy rápido y no espera.
-Ya veo, ya…
-Pues Carmen me despido así plan a lo película y me doy por despedida. Voy colgar justo cuando diga la frase.
-Lucía estás loca. ¿Qué frase?
-Solo déjate llevar.
Justo después me colgó.


Continuará...

viernes, 7 de enero de 2011

84. Demos la bienvenida a la CHICA X.

Entramos en limusina y comenzó a sonar el móvil de David.
Me miró y supe que no quería mirar la pantalla por si era Jennifer.
Le hice un gesto de ánimo para que lo mirara.
A la vez que realizaba un gran suspiro, sacó el móvil del bolsillo y a continuación se quedó mirando el suelo totalmente en su mundo.
Luego se llevó las manos a la cabeza.
Pareció recordar algo importante.
-¿Te importa que vayamos ahora a casa?
-No me importa para nada.- dije intentando ocultar mi curiosidad.
¿Quién sería para que pusiera esa cara?
Aunque en mi cabeza estaba alarmada.
En esa casa pueden pasar muchas cosas… Se lo que me gustaría que pasara pero no tengo ni idea de lo que va a pasar.
-Es que soy un desastre… Había olvidado que he quedado con Miranda y con Giovanni.
-¿Quiénes?
Esa contestación me había descolocado.
No iba a pasar nada.
-En casa te los presento. Son mis mejores amigos. Se dedican al tatuaje y ahora están esperando en casa para que me haga uno.
-¿Se te había olvidado que te ibas a hacer un tatuaje?
-Si, es que tengo la cabeza en muchas cosas.
Bajó la ventanilla que comunica con la parte dónde se encuentra el conductor y le dio las indicaciones.
-¿Qué te piensas tatuar?
-Te parecerá una tontería pero va a ser un sol. Dentro del sol tendrá otras cosas.
- Y un sol, ¿porqué?
-Para mi es lo que representa la vida. Me parece lo más básico para que haya vida. Es en lo que creo.
-¿En lo único que has creído?
El me miró con una gran sonrisa.
-Si. ¿Tú no crees en que hay cosas sin las que no podrías vivir?
-Entiendo a lo que refieres… ¿Me dejas hacer una confesión?
Él me míro con expresión llena de intriga y se acercó mas a mi, lo cual me estaba haciendo aumentar las ganas que tenía de besarle.
-Yo creo que en otra vida eras un hippie.-Dije con una voz bajita y despacio para darle emoción al asunto.
Le volví a descolocar y no paraba de reír.
Luego se quitó las lágrimas de los ojos.
-No. De hecho creo que los hippies estarían descontentos de que yo lo fuera. No te lo voy a negar, soy una persona acostumbrada a cierto nivel de vida. No me imgino ni si quiera estar en una tienda de campaña.
Entonces le miré como quien mira a un perro verde.
Es cierto que si puedes estar en una casa lujosa y que no te haga falta de nada, no tendrás la necesidad de irte a un camping a una tienda de campaña… Vale.
Pero en realidad se trata de una experiencia muy digna de vivir.
¡Son esas experiencias que te hacen pensar lo afortunado que eres de estar en tu casa con todas las comodidades que tiene!
En los camping cuando vas con tus amigos, es donde ocurren cosas legendarias y recuerdos para toda la vida.
Yo los tengo.
No sabes lo que es miedo hasta que te despiertas con una araña en el saco.
-¿Qué no has dormido nunca en una tienda de campaña?
-No. Lo dices como si hubiera que matarme por ello.
-Entonces supongo que no has estado en una barbacoa, al lado de una fogata al lado del bosque viendo las estrellas…
-Tampoco. En barbacoas diría que si… No creo que sea lo mismo lo que tu entiendes por barbacoa a lo que yo.
-Ya bueno, tu seguro que has estado incluso con cocineros.
-Si. Hace mucho que no veo las estrellas.
-Entonces descarta eso de que has estado de barbacoa. ¡qué digo! Seguro que no sabes ni hacer ni un huevo frito.
-Ahí te confundes. Me gusta mucho cocinar y se cocinar mejor que tú.
-Eso no me lo creo.
-¿Qué no?
-En tal caso de que fuera verdad, seguro que hay recetas que yo sé de las que tú seguro no tienes ni idea. O por lo menos no has disfrutado de ellas.
- ¿Y tú que sabes?
-¿Y yo que se? Una persona que no ha vivido algo tan básico como irse de campo, no puede superar a una chica como yo…
-Tú lo has querido. Esta noche cocino yo. Mañana cocinas tú. -me dijo desafiándome.
-¿Enserio?
-Pues claro que estoy hablando enserio. Te iba a llevar esta noche a un sitio que te iba a gustar, pero un reto es un reto.
-Me gustan los retos. -Le dije muy convencida de ello.
-A mi también. ¿Y sabes que odio?
Por su cara lo supe.
-¿Perder?
-En efecto.
-Pues entonces voy a necesitar un tiempo de meditación para pensar con que te sorprendo.
-Tómate todo el tiempo que quieras. Dudo que me sorprendas. -Le dije para ponerlo todo más interesante.
Los dos sabíamos que todo era una broma. Me podría sorprender fácilmente si él quería.
Esto se había convertido en un juego contínuo.
Esta vez el pique se trataba de una comida.
Creía que iba a tardar mucho en pensar que iba a cocinar… ¿Quién se va a arriesgar si puedes hacer una buena paella?
Le miré a él también parecía pensar y cada vez que nos mirábamos comenzábamos a reírnos con una mirada cómplice.
Aunque sabíamos que no podíamos leernos la mente algo de nosotros lo intentaba.
Lo que no me explico es ¿Cómo si lo acabo de conocer ayer, puedo estar con él como si nos conociéramos de hace mucho tiempo?
Me costaba pensarlo o incluso yo misma me negaba a pensarlo, ¿sería él eso que llaman mi media naranja?
Imposible.
Somos muy diferentes.
Venimos de mundos muy diferentes.
¿Quizá sería eso lo que me atraía de él?
Eso es precisamente lo que me da más miedo.
Que no solo me atrae su físico, sino él.
No se nunca por donde me va a salir.
¿No es muy pronto para sacar estas conclusiones? Si, lo es.
Es imposible que me vaya a quedar pillada por él en el escaso tiempo que llevo aquí.
Siempre dan ganas de imaginar que todo es perfecto y que podemos encontrar algo tan complejo como el amor en cualquier parte.
Llegamos a casa.
En el portal había unos cuantos periodistas esperando ansiosamente la llegada de David.
El chófer abrió la puerta y allí comenzó el acoso.
Yo me dirigí rápido al portal rodeada de flashes.
A David oí como no paraban de preguntarle por la modelo Jennifer Bender y su ruptura.
Mierda. Ya se habían enterado.
Él decidió no responder a tanta pregunta.
Mantuvo su sonrisa sin parecer estar molesto en ningún momento. Parecía de lo más amable.
Él en cuanto le sonreía a una reportera, se quedaba como hechizada mirándole y dejaba de preguntar.
Se despidió de todos de una manera muy educada y entró al portal.
Menudo agobio.
Espero que no siempre vaya a ser así.
Lo que está claro es que siendo quien es, la noticia seguro que va a resonar en todas partes.
Por lo que se ve ya es algo público que David Mosley está soltero.
Entramos a casa y allí en la puerta estaba Margarita charlando con un chico y una chica. Yo cuando pensé en los amigos de David me imaginaba un par de chicos refinadísimos que vestirían pijos.
Supongo que fui tonta al no pensar que los dos se trataban de tatuadores.
Los dos eran de piel muy pálida y los dos iban vestidos de rojo y negro.
Miranda era una chica pin-up con un gran parecido a Marilyn Monroe.
Hubiera jurado que era Marilyn de no ser porque estaba llena de tatuajes.
Su estilo era tremendamente provocativo y no quería pasar desapercibido para nadie.
Él era alto, rubio y delgado, de ojos marrones, con barba de tres días y tremendo atractivo.
Tenía cierto parecido con David.
Giovanni estaba lleno de piercing y tatuajes.
Aun así ese chico también era muy guapo.
La verdad es que me esperaba totalmente otra cosa.
-¡Guapísimo!¡Tío Bueno! -Saludó Miranda a David imitando a una de sus fans.
Se acercó corriendo a él y le dio un pico y un gran abrazo.
La cara de David irradiaba felicidad.
Luego le siguió el abrazo que le dio Giovanni a la vez que se daban palmaditas en la espalda.
-¿Se puede saber donde te has metido todo este tiempo? A Miranda la he visto pero a ti no.-Le preguntó David a Giovanni.
-Pues he estado realizando unas cuantas exposiciones por todo el mundo. Y me han ofrecido trabajo en el mejor local de tatuadores de toda la ciudad. -Dijo a la vez que Giovanni hacía un baile en señal de celebración.
Entonces ella se dio cuenta que yo estaba allí.
Se acercó a mi lentamente con desconfianza.
-Tu debes de ser la chica X.-Dijo Miranda mirándome con gran curiosidad.
-Chicos, os presento a Carmen. Ella es la chica que mi madre quería que viniera.
Yo estaba rayadísima.
¿Chica X? ¿Me ha llamado chica X?
-Encantada. -dije.
Los me correspondieron con una gran sonrisa.
Y yo no me iba a quedar las ganas de saber que coño era eso de la chica X.
-¿Cómo que debo de ser la chica X?-Le dije a Miranda que sigue mirándome y fijándose en todo detalle.
David y Giovanni se pusieron a colocar todo el equipo para el tatuaje de David.
-Pues te has convertido en la chica X en todo el país desde hace unas horas.
Mi cara era de: ¿Qué cojones me estás contando?
-¿Cómo que en todo el país?
-Si, hoy en la televisión no han parado de salir fotos tuyas de hoy saliendo de casa con David. Te has convertido en un boom de aquí a unas horas. Todos creen que estas liada con David. Nadie sabe como te llamas, a si es que todos hablan de la chica X y de sus preciosos zapatos y genial look creado por Charles Bizet.-Se hizo un pequeño silencio.- A todo esto se le a sumado el que se acaban de enterar que Jennifer y David no están juntos.
Mi cara reflejó el horror que me provocaba.


Continuará...