Gracias por leerlo :D

¡Empiecen desde la 1ª Entrada si queréis leer la historia de Carmen! No empiecen la casa por el tejado.


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sábado, 24 de julio de 2010

TOKIDOKI ¡me encanta!













Me encanta esta marca y sus muñequitos¡¡¡


Si quieres ver más entra en su página¡


http://www.tokidoki.it/

jueves, 15 de julio de 2010

Casas de lujo y lujos personales.



Creo que cada persona tenemos un concepto de lujo muy diferente porque cada persona somos un mundo.

¿Qué tendría la casa de tus sueños?

¿Unas bonitas vistas?
¿Objetos de mucho valor?
¿última tegnología?

¿No sería mucho más lujoso tener a alguien dentro esperándonos con el valor de un tesoro?

53. Empezar de cero es difícil.

-Suelo saber cuidarme yo solita, pero no se si te lo vas a creer después de lo de hoy… Yo ya deduje que alguien por aquí había tenido que haber estado de fiesta o algo por el estilo. Vi antes salir por la puerta a una chica que parecía modelo… no sé. Muy alta y guapa.
¿Para que coño le acabo de decir eso?
¿Así pretendo ganarme su amistad?
¿Pretendo que me diga quién es ella?
Si pretendiera intimidarlo así: apaga y vámonos.
Entonces él se quedo pensativo.
No parecía enfadado por el comentario, pero dejó de sonreír en un segundo.
Podía ser que le hubiera dado donde le dolía.
No conseguía saber en que podía estar pensando.
Luego levantó las cejas incrédulo.
Me miró con gran curiosidad, cómo si yo fuera un bicho raro.
-¿No sabes quién es? -me dijo dudoso.
Creo que no se creía que no supiera quién es.
-No. No tengo ni idea.
Yo no entendía nada.
¿Se supone que la debería conocer?
¿Me debería de sonar su cara?
Desde luego ella no es tan famosa como David Mosley.
Quizás si.
Por más que me lo repita es rarísimo pensarlo cuando lo tengo tumbado a mi lado en la cama.
Ahora no se si me estoy arrepintiendo de no haber leído ninguna revista.
Odio las revistas del corazón.
Siempre me dio igual que hacía esa gente con dinero y con su tiempo libre.
Entonces el pareció resoplar con alivio.
-¿Qué hizo cuando te vio?-dijo acercándose un poco a mí disimuladamente.
-Pues me dio un empujón. Vio como casi me caigo y se fue mirándome con cara de no quererme nunca en su lista de amigos.
Puso cara de preocupación, pero aún así le había hecho gracia.
¿Tengo acaso cara de chiste?
Enseguida su cara comenzó a transformarse en alivio.
-Tú no te preocupes, ella es así de imbécil.-Un pequeño silencio y cambió de tema.- ¿Vas a querer salir hoy a algún sitio? Creo que es mejor que hoy te quedaras aquí en casa descansando.
-Yo te doy totalmente la razón. Mejor hoy aquí en la cama y ya mañana veo la ciudad. Creo que mi plan de hoy es mucha agua y dormir. Mañana ya será otro día y no tengo prisa.
-Me hace gracia que estés tan tranquila siendo tu primer día aquí en Nueva York. La verdad es que para mí es mucho mejor que te apetezca quedarte en casa. Hoy no te podría haber acompañado. Tampoco tengo muchas ganas de salir y mañana va a hacer mucho mejor día que hoy.

¿Qué?
¿Cómo?
¿Qué él pensaba acompañarme?
¿Qué mañana me va acompañar?
¿He oído bien?

-No hace falta que me acompañes si no quieres. Puedo apañármelas sola.
-En realidad me vendría bien. Hace mucho tiempo que no me paro a ver la ciudad y me gusta. Siempre estoy viajando a todos lados y ya que tengo un descanso, no me importará. ¿A ti te molestaría que yo fuera contigo?
-Pues la verdad es que no. Para qué mentir. Tú conocerás la ciudad mucho mejor que yo.
David me regaló una amplia sonrisa. Parecía hacerle verdadera ilusión.
Desde luego no me imaginé que este chico podía ser tan amable.
Otro seguro que hubiera pasado de mí.
Yo me imaginé que el hijo de Clara sería totalmente diferente.
Vaya…
Este viaje va a estar lleno de sorpresas.
Mi móvil empezó a sonar.
Maldita sea, se me había olvidado llamar a todos.
-Lo siento…-le dije a él buscando en el bolso.
-¿Lo siento, de qué? Voy a estar en mi habitación. Estoy a tres puertas hacia la derecha. Cuando acabes y si quieres, ven.
Se levantó de mi cama y se marchó con una sonrisa.
Tengo la sensación de que le he caído bien.
Yo tampoco soy lo que él se esperaría.
Creo que mis ojos tenían un imán para él entero.
Imposible dejarlo de mirar.
Un flash de Alberto y la despedida me vino a la cabeza y me sacó de mis mundos.
Creo que pocas veces me ha fastidiado tanto tener que coger el móvil.
En realidad tenía que llamar a todo el mundo para que supieran que estoy bien.
Era Clara la que me estaba llamando.
Estaba muy agradecida por todo, pero no me hacía ni pizca de gracia los detalles que ella había preferido pasar por alto.
No pensaba quedarme callada.
No se si estoy preparada para quedarme aquí con este nivel de vida.
Al principio muy bien, pero yo no quiero vivir aquí eternamente.
No quiero vivir siempre de la caridad de Clara.
Tampoco quiero pensar que puedo perder todo este sitio.
Yo no quiero que el dinero ni las compañías me cambien y viendo el panorama no sé si iba a ser algo fácil.
Algo de mí tiene miedo.
Sabe que el cambio de estilo vida es demasiado cambio radical.
Me siento algo confusa.
Miedo a saber que esto va a ser muchísimo más complicado de lo que parecía.
Es fácil acostumbrarse a lo bueno y no quiero que sea así.
No quiero volver atrás, pero algo de mí me dice que no todo van a ser rosas en el camino y que no va a ser fácil vivir con ello.
Desde fuera todo parecía maravilloso, pero empezar de cero es muy difícil.
Ya estoy aquí en la gran ciudad.
Ya no es un sueño y ahora toca enfrentarse con la realidad.
Y es que es una realidad tan extraña…
¿Qué hago viviendo con un chico famoso en Nueva York?
¿Quién era en realidad Clara?
¿Qué sabía yo en realidad de ella?
Tenía ahora muchísimas preguntas y ella al otro lado del teléfono.
Preparar lo que iba a decir sería inútil.
Los planes nunca suelen salir bien.

lunes, 12 de julio de 2010

Calorcete y MAREA ROJA¡

Mil disculpas a los que leen la historia de Carmen y quieren un poco más,
pero tenéis que entender que esto es un ordenador que en verano da MUCHO CALOR¡¡
Solo de pensarlo me da aún más CALOR¡
Ahora estoy ocupada viendo a mis amigos por aquí y por allá :D
Me paso las horas leyendo, tomando el sol, "trabajando", riendo...

Por lo que estoy retomando fuerzas para volver con más ganas¡¡


Y tengo que confesaros algo...

Me he vuelto "adicta" a las bebidas energéticas¡
El burn day con sabor a manzana ME ENCANTA


y el burn day juice con sabor a frutas del bosque ES AÚN MEJOR


Mis poocos y adorados lectores,
Ahora que creía que iba a tener más tiempo me ha ocurrido todo lo contrario.


Aquí os dejo una imagen tomada en el parque del rodeo de ayer por la noche...
ESPAÑA, SOMOS CAMPEOOOONEEEES¡¡¡
Me quedé bien agusto después de tanto gritar y animar.
QUE SUFRIMIENTO DE PARTIDO¡



Nota: Hay que tener en cuenta que ese parque tiene un lago grandecillo y está todo lleno de cabecillas. Espero que no acaben malos... Yo de esa agua no me fio xD



Aquí os dejo la canción que no me quito de la cabeza,
Y a bailar¡¡





Volveré,

No duden que volveré¡¡

:D

miércoles, 7 de julio de 2010

52. Conmigo TONTERÍAS LAS PRECISAS.

-Pasa.-dije muy deprisa.
Esta vez no lo puedo evitar.
Mi corazón empieza a latir mucho mas deprisa cuando él se acercaba más… y encima va y se sienta a mi lado.
Intento parecer lo más tranquila dentro de mis posibilidades.
¡Tengo ahora el pulso cómo para robar panderetas!
Creía que lo veía a cámara lenta cuando se acercaba.
La tila me baila en la mano.
Esto debe de ser de lo mal que estoy.
Es una mezcla de todo en mi interior.
Nerviosa, dolorida, sorprendida…
Entonces yo meto un mini salto hacia un lado de la cama alejándome de él.
Que vergüenza.
Dejé la tila en la mesilla no vaya a ser que me falle el pulso y la lío aquí, vertiéndolo todo encima de la cama o encima de él.
Ya sería lo que me faltaba…
-Toma, aquí esta.-me dijo dándome el bolso con mucho cuidado.-Por cierto, deja que me presente. Me llamo David.
Extendió la mano para que la estrechara.
Di las gracias en mi interior de que allí el saludo no fueran dos besos.
-Yo me llamo Carmen.-dije fijándome más en mi mano que en él, para que pareciera firme y decidida.
De repente me miró y miró alrededor.
-¿Te gusta esta habitación o prefieres otra?-me dijo con muchísima curiosidad.
Este tiene que estar de guasa, ¿no?
¿Cómo no me va a gustar esa pedazo de habitación?
La habitación es casi como un apartamento de grande.
Muy mediterránea por describirla de alguna manera.
-¿Lo dices enserio?¿o es broma? Es una habitación muy alegre.
-No, enserio , si no te gusta quédate con otra. Tienes otra más para elegir la que más te guste.
Entonces me quedé mirándole.
Él estaba allí tumbado en la cama a mi lado, como si nos conociéramos de toda la vida.
Al hablar con esa confianza me transmitía seguridad.
Entonces él hizo amago de levantarse.
-Enserio, si te molesto dímelo.- dijo él.
Se había dado cuenta por la cara que había puesto.
-No por favor… quédate, si no que voy a hacer yo ahora. Me puedo incluso perder por la casa… si es que no me pierdo de por sí en la habitación.
Era casi una súplica.
No quería quedarme sola.
Prefería quedarme mil veces pasando vergüenza a cada segundo, que quedarme en aquella casa enorme sola.
El empezó a reírse y se quedó allí.
Se volvió a acomodar en la cama.
Me quitó unos cuantos cojines de esa cama que estaba plagada de cojines.
Yo estaba tan cansada que no había ni caído que estaría mucho más cómoda quitándolos del medio.
-¿Quieres ver la tele?- me dijo él.
Entonces miré a todos lados.
Me sentía como una tontina…
En la habitación había tantas cosas que mi vista no sabía ni en donde pararse a mirar.
-¿Dónde se supone que esta la televisión?- dije ya casi desesperada.
Entonces el cogió un mando que había puesto sobre el cabecero de la cama.
Le dio a un botón y la televisión bajó del techo.
Miré la televisión.
Es muy grande…
Demasiado grande…
Creo que nunca había visto una tan grande.
Le miré a él.
Estaba a punto de darle un ataque de risa al ver mi cara de flipada.
-¿Enserio te sorprende lo de la tele?- me dijo incrédulo y sonriente.- Pues entonces te vas a sorprender unas cuantas veces.
Me quedé sin palabras.
Le hice un gesto para que él pusiera lo que quisiera.
Yo terminé de beberme la tila.
Sentía cómo él me observaba.
En cuanto su mirada se chocaba con la mía yo intentaba evitarle la mirada.
Se dio cuenta que yo pasaba totalmente de la televisión.
Él parecía no encontrar nada interesante que ver.
-¿Qué tal el viaje?- dijo tumbándose de lado mirando hacia mí.
-Pues…-No tenía ni idea de que decirle, si bien o mal. -Bien por una parte… Me he tirado durmiendo la mayoría del tiempo o por lo menos eso intenté. Mal por otra, pues para que negarlo, tengo una resaca de las malas. Pero que muy mala. Ya lo has visto.
Yo a él le debería parecer graciosa a la hora de hablar.
No paraba de reírse o de mirarme con una gran sonrisa desde que entró.
-Bueno, pues entonces ya somos dos con resaca.
-A ti no se te nota.
-Muchos años soportándola. Ya me sé los trucos para llevarla mejor. -dijo él tocándose la frente.
Le debería de doler la cabeza.
-¿Cómo sabías que necesitaba una manzanilla?
-Mi madre me ha despertado para preguntar que si habías llegado. Le dije que no. Me contó que deberías de estar muy cansada porque ayer estuviste de fiesta. Que te cuidara. Eso me lo ha repetido muchas veces. No he empezado bien, pero a partir de ahora lo haré con mucho gusto.-Dijo con una sonrisa pícara.
Seguro que eso es producto de mi imaginación.
Yo sigo teniendo unas pintas horribles…
Pero aquí pasa algo.
Este me quiere poner nerviosa.
¿Lo está intentando?
No me gusta un pelo.
Si este se piensa que me va a poner nerviosa, este no sabe quién es Carmen.
A mí no se me gana con una sonrisa bonita ni con objetos caros.
Ya he descubierto que eso a mí no me da la felicidad.
Yo no soy el juguete que le ha traído su mamá de España a Nueva York.
Yo he venido aquí a currármelo por mí solita y a no depender de nadie.
No porque a las mujeres se le caigan las bragas por él yo tengo que ser una más.
No pienso seguirle la bola a la hora de los tonteos.
Yo no soy así.
En realidad no sé casi nada de él.
Pienso tratarle como a uno más.
Me da igual de donde venga, su dinero, sus contactos, su trabajo, su físico…
Conmigo tonterías las precisas.

sábado, 3 de julio de 2010

51. Necesito una señal de no estar soñando

Él me miraba con una cara de confusión total.
Creo que estaba esperando a oír por primera vez mi voz.
Solo asentí con la cabeza y me di la vuelta en la cama para no volverle a mirar.
Me puse de lado.
Todo aún me daba vueltas.
Por lo menos sabía que ya no me quedaba nada más en el estómago.
Entonces él se fue.
Tenía unas ganas tremendas de tener el móvil a mano y saber porque coño Clara no me ha dicho nada de nada.
Creo que ella sabía que si me lo decía no iba a querer venir ni de coña.
Voy a acabar como Jordi en los primeros días que el estaba pillado por la cocinera.
Que infierno…
Pero con una gran diferencia: él no le habría vomitado ni tampoco tendría que vivir con ella.
La habitación era muy amplia.
Mi cama incluso tenía dosel.
Con unas vistas preciosas llenas de rascacielos.
Supongo que todo esto tiene que ser obra de un famosísimo interiorista.
Lo digo por que yo nunca hubiera conseguido combinaciones de colores tan imposibles y que quedaran tan bien.
Se me pasó el tiempo volando mirando los objetos, o por lo menos eso supongo, porque oí unos golpecitos en la puerta.
-Pasa.-dije muy tímidamente.
El venía con la maleta y estaba ya vestido con una camiseta negra y unos pantalones de pijama.
Son de estas personas guapas que te puedes tirar todo el día mirándole solo por quererle buscar algún defecto.
Detrás de él entro en la habitación una señora bajita con el pelo canoso, de rasgos mejicanos y con una tila en la mano.
Supongo que es la sirvienta.
Ella ni me miró.
Ella le dio a él la tila cuando soltó la maleta y ella salió de la habitación enseguida.
Hice amago de levantarme, pero él hizo una señal para que no me levantara de la cama ni me moviera.
-Bueno, vamos a hacer como si aquí no hubiera pasado nada.- Dijo mientras con una mano se rascaba la cabeza.
Como si pensara que ahora no sabía por donde empezar para hablar conmigo.
Yo tampoco sabía que decirle.
Era un silencio un poco incómodo.
¿Acaso era posible olvidar esta llegada “a lo grande” a Nueva York?
No se aún si tengo la capacidad de hacer como si no hubiera pasado nada cuando yo me muero de vergüenza.
Yo le miré con mi cara de: ¿Estás hablando enserio? ¿Crees que voy a olvidar esto tan fácilmente?
Entonces él se empezó a reír.
Mi cara tenía que haber sido un poema.
Que sonrisa mas bonita tiene.
-Está bien. Intentaré olvidarlo mientras no me intentes quedar inmovilizada con otra llave de esas…-dije mirando al suelo y con una vocecita que no parecía mía.
Notaba que estaba empezando a entrarme calor de la vergüenza que estaba pasando.
-¡Oh! Al fin me hablas.-dijo sonriente.- Lo siento mucho. Acababa de despertarme y al bajar a la cocina me encontré con que había alguien desconocido. No había escuchado que me llamaras al móvil, no pensé que eras tú. Y encima como entraste sin llamar…
-¡Mierda! Se me a olvidado llamar a todo el mundo. ¿Has visto por ahí un bolso?- dije ya con mi voz normal.
Me incorporé en un momento.
En mi casa tendrían que estar sacados de quicio sin tener noticias mías.
-Si, creo que si. Espérame que ahora vengo. Toma la tila, cuidado que quema.-me dijo él acercándose a mí para dármela.
Cogí la tila la cual él me dio con mucho cuidado y salió de la habitación.
Bueno, parece que las cosas van a ser mas fáciles de lo que parecían, o no se.
Porque ahora no cuentan.
¿Cómo sabe que lo que me hace falta es una tila y no otra cosa?
¿Le habrá dicho Clara que ayer estuve de fiesta?
Clara le habló de mí hasta a el portero…
Seguro.
Seguí mirando la habitación que tenía habitaciones.
Tenía una mini nevera de color gris.
Había dos puertas mas.
Una de ellas sería el cuarto de baño.
La otra no tengo ni idea.
Madre mía cuando se enteren en casa de lo que me ha pasado.
Creo que no, que va a haber detalles que voy a tener que omitir, o si no verás…
Acabo aquí con todas las que conozco metidas en casa: mi hermana, Lucía, Mery… Como se enteren que tengo aquí de compañero de piso nada mas y nada menos que a David Mosley.
Aún no se si esto es una bendición del cielo o mi peor pesadilla.
¿Qué hago?
Me estoy sorprendiendo a mi misma de estar tan "tranquila".
Aunque supongo que es porque mi cuerpo ahora no responde bien y es casi imposible que me quiera levantar de la cama.
Qué dolor de TODO.
No sé, alomejor me despierto dentro de diez minutos en el aeropuerto.
Me metí un tirón de pelos. No, no es un sueño y me ha dolido.
Oigo otra vez los golpecitos en la puerta.
Es él.

jueves, 1 de julio de 2010

50. TIERRA TRÁGAME

¿Quién tengo delante?
A ni más ni menos que a David Mosley.
Ni mas ni menos que el actor que me gustaba de las revistas…
Si, a mí ¡y a cualquiera!.
Aquel que salía en los desfiles de los óscar.
Modelo y actor.
Niño rico.
El que aparecía en todas las portadas de las revistas del revistero de Clara.
Aquel del que hablaban hasta debajo de las piedras.
Ese chico con el que todas las niñas de quince años tenían forradas sus habitaciones.
Él estaba en calzoncillos con un cuerpazo para caerse para atrás, con su cara perfecta, sus ojos como los de su madre, verde mar y su pelo alborotado…
¿y yo cómo estaba?
Potándole encima.
No, a mi en ese momento no se me caía la baba con él… A mí simplemente se me caía la cara de vergüenza.
Me vuelve a dar otra arcada.
¡JODER!
Yo sabía que él estaba muy asustado porque pensaría que habría sido su culpa.
Lo que él no sabe es que yo estoy prácticamente de empalme…
¿Qué hacía en aquella casa como un palacio con David Mosley?
¿Dónde me ha traído Clara?
Ya entiendo yo cómo le brillaban los ojos a Clara cada vez que me hablaba de sus hijos Gabriel y David.
Ójala yo hubiera sabido que el apellido era Mosley.
¿Quién era la chica que me había empujado en la puerta?
Muchas preguntas en mi cabeza.
Paré de vomitar.
No me atrevía a decir nada.
Todo el suelo estaba hecho un desastre.
Con su ayuda me guió a mi nueva habitación.
Yo aún no he dicho nada, ni si quiera hola.
No me atrevo.
Yo por si acaso voy con la cabeza agachada y mirando el suelo.
Intento evitar que me toque o me agarre.
No le volví a mirar.
Quería creer que todo esto era un sueño o producto de mi imaginación.
Una pesadilla…
Él ya se ha dado cuenta que se quien es él.
Él no me dice nada.
Me deja mi espacio y cuando ve que me paro él se da la vuelta para ver si necesito ayuda.
Creo que en aquel silencio solo se oía mi corazón a mil por hora.
Vamos pasando de habitaciones de lujo de una a otra.
Intento no parecer sorprendida.
Fotos de muchísimas fiestas con gente muy famosa.
Creo que es pocas veces he pasado nunca tanta vergüenza.
De hecho esto supera mis expectativas de pasar vergüenza.
Es el alto culmen de la vergüenza.
Subimos las escaleras pasamos un pasillo, llegamos a la tercera puerta y me lleva hasta la cama de una enorme habitación que tenía su propio salón con minibar.
Por muy sexy que pueda parecer eso de que te lleven a la cama, no te confundas…
Este caso no tiene nada de sexy.
-Quédate aquí en esta habitación. Ahora te traigo la maleta y una manzanilla y me cuentas que te ha pasado. Vuelvo en cinco minutos. ¿Vale?
Por su voz él parecía muchísimo más tranquilo.
Le volví a mirar.
¿Qué iba a volver aquí a la habitación?
Ay mamá.
Que esto no es un mal sueño como cuando crees que vas solo con zapatillas al colegio…
Yo solo oigo en mi cabeza:
TIERRA TRÁGAME.