¿Quién tengo delante?
A ni más ni menos que a David Mosley.
Ni mas ni menos que el actor que me gustaba de las revistas…
Si, a mí ¡y a cualquiera!.
Aquel que salía en los desfiles de los óscar.
Modelo y actor.
Niño rico.
El que aparecía en todas las portadas de las revistas del revistero de Clara.
Aquel del que hablaban hasta debajo de las piedras.
Ese chico con el que todas las niñas de quince años tenían forradas sus habitaciones.
Él estaba en calzoncillos con un cuerpazo para caerse para atrás, con su cara perfecta, sus ojos como los de su madre, verde mar y su pelo alborotado…
¿y yo cómo estaba?
Potándole encima.
No, a mi en ese momento no se me caía la baba con él… A mí simplemente se me caía la cara de vergüenza.
Me vuelve a dar otra arcada.
¡JODER!
Yo sabía que él estaba muy asustado porque pensaría que habría sido su culpa.
Lo que él no sabe es que yo estoy prácticamente de empalme…
¿Qué hacía en aquella casa como un palacio con David Mosley?
¿Dónde me ha traído Clara?
Ya entiendo yo cómo le brillaban los ojos a Clara cada vez que me hablaba de sus hijos Gabriel y David.
Ójala yo hubiera sabido que el apellido era Mosley.
¿Quién era la chica que me había empujado en la puerta?
Muchas preguntas en mi cabeza.
Paré de vomitar.
No me atrevía a decir nada.
Todo el suelo estaba hecho un desastre.
Con su ayuda me guió a mi nueva habitación.
Yo aún no he dicho nada, ni si quiera hola.
No me atrevo.
Yo por si acaso voy con la cabeza agachada y mirando el suelo.
Intento evitar que me toque o me agarre.
No le volví a mirar.
Quería creer que todo esto era un sueño o producto de mi imaginación.
Una pesadilla…
Él ya se ha dado cuenta que se quien es él.
Él no me dice nada.
Me deja mi espacio y cuando ve que me paro él se da la vuelta para ver si necesito ayuda.
Creo que en aquel silencio solo se oía mi corazón a mil por hora.
Vamos pasando de habitaciones de lujo de una a otra.
Intento no parecer sorprendida.
Fotos de muchísimas fiestas con gente muy famosa.
Creo que es pocas veces he pasado nunca tanta vergüenza.
De hecho esto supera mis expectativas de pasar vergüenza.
Es el alto culmen de la vergüenza.
Subimos las escaleras pasamos un pasillo, llegamos a la tercera puerta y me lleva hasta la cama de una enorme habitación que tenía su propio salón con minibar.
Por muy sexy que pueda parecer eso de que te lleven a la cama, no te confundas…
Este caso no tiene nada de sexy.
-Quédate aquí en esta habitación. Ahora te traigo la maleta y una manzanilla y me cuentas que te ha pasado. Vuelvo en cinco minutos. ¿Vale?
Por su voz él parecía muchísimo más tranquilo.
Le volví a mirar.
¿Qué iba a volver aquí a la habitación?
Ay mamá.
Que esto no es un mal sueño como cuando crees que vas solo con zapatillas al colegio…
Yo solo oigo en mi cabeza:
TIERRA TRÁGAME.
Siga... no me deje así.
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
:)! esperando la continuación! un besitoo enorme!
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