Él me miraba con una cara de confusión total.
Creo que estaba esperando a oír por primera vez mi voz.
Solo asentí con la cabeza y me di la vuelta en la cama para no volverle a mirar.
Me puse de lado.
Todo aún me daba vueltas.
Por lo menos sabía que ya no me quedaba nada más en el estómago.
Entonces él se fue.
Tenía unas ganas tremendas de tener el móvil a mano y saber porque coño Clara no me ha dicho nada de nada.
Creo que ella sabía que si me lo decía no iba a querer venir ni de coña.
Voy a acabar como Jordi en los primeros días que el estaba pillado por la cocinera.
Que infierno…
Pero con una gran diferencia: él no le habría vomitado ni tampoco tendría que vivir con ella.
La habitación era muy amplia.
Mi cama incluso tenía dosel.
Con unas vistas preciosas llenas de rascacielos.
Supongo que todo esto tiene que ser obra de un famosísimo interiorista.
Lo digo por que yo nunca hubiera conseguido combinaciones de colores tan imposibles y que quedaran tan bien.
Se me pasó el tiempo volando mirando los objetos, o por lo menos eso supongo, porque oí unos golpecitos en la puerta.
-Pasa.-dije muy tímidamente.
El venía con la maleta y estaba ya vestido con una camiseta negra y unos pantalones de pijama.
Son de estas personas guapas que te puedes tirar todo el día mirándole solo por quererle buscar algún defecto.
Detrás de él entro en la habitación una señora bajita con el pelo canoso, de rasgos mejicanos y con una tila en la mano.
Supongo que es la sirvienta.
Ella ni me miró.
Ella le dio a él la tila cuando soltó la maleta y ella salió de la habitación enseguida.
Hice amago de levantarme, pero él hizo una señal para que no me levantara de la cama ni me moviera.
-Bueno, vamos a hacer como si aquí no hubiera pasado nada.- Dijo mientras con una mano se rascaba la cabeza.
Como si pensara que ahora no sabía por donde empezar para hablar conmigo.
Yo tampoco sabía que decirle.
Era un silencio un poco incómodo.
¿Acaso era posible olvidar esta llegada “a lo grande” a Nueva York?
No se aún si tengo la capacidad de hacer como si no hubiera pasado nada cuando yo me muero de vergüenza.
Yo le miré con mi cara de: ¿Estás hablando enserio? ¿Crees que voy a olvidar esto tan fácilmente?
Entonces él se empezó a reír.
Mi cara tenía que haber sido un poema.
Que sonrisa mas bonita tiene.
-Está bien. Intentaré olvidarlo mientras no me intentes quedar inmovilizada con otra llave de esas…-dije mirando al suelo y con una vocecita que no parecía mía.
Notaba que estaba empezando a entrarme calor de la vergüenza que estaba pasando.
-¡Oh! Al fin me hablas.-dijo sonriente.- Lo siento mucho. Acababa de despertarme y al bajar a la cocina me encontré con que había alguien desconocido. No había escuchado que me llamaras al móvil, no pensé que eras tú. Y encima como entraste sin llamar…
-¡Mierda! Se me a olvidado llamar a todo el mundo. ¿Has visto por ahí un bolso?- dije ya con mi voz normal.
Me incorporé en un momento.
En mi casa tendrían que estar sacados de quicio sin tener noticias mías.
-Si, creo que si. Espérame que ahora vengo. Toma la tila, cuidado que quema.-me dijo él acercándose a mí para dármela.
Cogí la tila la cual él me dio con mucho cuidado y salió de la habitación.
Bueno, parece que las cosas van a ser mas fáciles de lo que parecían, o no se.
Porque ahora no cuentan.
¿Cómo sabe que lo que me hace falta es una tila y no otra cosa?
¿Le habrá dicho Clara que ayer estuve de fiesta?
Clara le habló de mí hasta a el portero…
Seguro.
Seguí mirando la habitación que tenía habitaciones.
Tenía una mini nevera de color gris.
Había dos puertas mas.
Una de ellas sería el cuarto de baño.
La otra no tengo ni idea.
Madre mía cuando se enteren en casa de lo que me ha pasado.
Creo que no, que va a haber detalles que voy a tener que omitir, o si no verás…
Acabo aquí con todas las que conozco metidas en casa: mi hermana, Lucía, Mery… Como se enteren que tengo aquí de compañero de piso nada mas y nada menos que a David Mosley.
Aún no se si esto es una bendición del cielo o mi peor pesadilla.
¿Qué hago?
Me estoy sorprendiendo a mi misma de estar tan "tranquila".
Aunque supongo que es porque mi cuerpo ahora no responde bien y es casi imposible que me quiera levantar de la cama.
Qué dolor de TODO.
No sé, alomejor me despierto dentro de diez minutos en el aeropuerto.
Me metí un tirón de pelos. No, no es un sueño y me ha dolido.
Oigo otra vez los golpecitos en la puerta.
Es él.
más porrrrfavorrrrrrrrr!!!!:D:D:D
ResponderEliminarDavid mosley va a pasar mi kortajarenassss personal!
Me gustan las puertas cerradas, siempre esconden cosas. Siga, no nos deje así...
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
anónimooo necesito traducción de kortajarenas¡¡
ResponderEliminarGilipollas que raro que no dijerass que te gustaban más las cosas abiertas xD
(si al final voy a ser yo peor que tú¡)