-No, no creo que vaya a entrar ahí a probarmelo todo como una loca. Creo que ahora no.
-¿Por qué? Seria el sueño de cualquier chica o por lo menos eso creo.
-Cualquiera no, yo no. Nada de lo que hay ahí es mío.
-¿Cómo que no?
-Pues no.
-¿Eres consciente de lo que estás diciendo? Esta hecho todo a tu medida. Todo pensado para ti. ¿Para quién iba a ser si no?
-Y yo que se para quien, pero es que en realidad me parece ya demasiado.-dije intentando ser lo más clara posible.- Yo no he hecho nada por tu madre como para que haga estas cosas por mí. Yo no le pedí nada de esto. Y no me quiero imaginar la cantidad de dinero que se ha tenido que gastar en comprar toda la ropa que hay ahí dentro…
Yo estaba incluso a punto de salir de mis cabales.
¿Qué era todo aquello?
Para tranquilizarme decidí mirar el suelo y comenzar a contar para no pensar.
- A ver Carmen, tranquila. Mirame.
Entonces le miré.
Me quitó un mechón de pelo que me tapaba la cara.
Creo que eso no me ayuda a tranquilizarme.
-Vamos a ver, razona. Entiendo lo que dices, y es muy admirable y realmente me tienes sorprendido, pero piensa más relajadamente. ¿Ves toda esta cantidad de cosas que tienes en ese armario?-Dijo a la vez que abrió la puerta.
-Si, lo veo.
-Pues mira, Charles y mi madre las han comprado con toda la ilusión del mundo pensando en ti, para que sean tuyas y para que tú las disfrutes. Ellos quieren que cuando tú veas esto te vuelvas loca y te pongas a probarte todas las cosas que ves aquí, porque son para ti y piensan que con esto te van a hacer la mujer más feliz del mundo. ¿Qué piensas decirles, que no te gustan? ¿Qué no te lo mereces? Si ellos te han comprado esto es por que han querido y nadie les ha obligado. No les debes nada. Solo quieren tu felicidad. ¿Ahora lo entiendes? -dijo él totalmente tranquilo.
Puso una de sus manos en mi hombro.
Él tenia toda la razón.
¿Qué iba a decirles?
Oye que esto que hay aquí me parece demasiado y que ya no lo quiero.
-Si, ya lo entiendo. Visto así, si.-dije más tranquila.
-Pues ya está, deja de darle vueltas, ¿vale?
-Gracias por aclararme las ideas, o por lo menos por dejarme verlo desde tu punto de vista.
-No hace falta que me las des. De todas maneras supongo que ya te acostumbrarás a estas “cosas de ricos” con el tiempo. -dijo lo de ricos imitando a un niño pijo y haciendo un movimiento sarasa con la mano.
Me mató de la risa aquel cambio repentino de forma de actuar.
Consiguió hacerme reír.
En realidad podía pensar que David era así, que era un niño rico, pero en realidad no se comportaba como tal.
Me da la sensación que es alguien maduro para su edad.
Sabe mucho más de lo que aparenta o quiere aparentar.
Y por lo que se es alguien que se toma enserio su trabajo y que por lo menos sabe lo que es trabajar y buscarse él solo la vida.
Él no vive de sus padres.
Busqué el bolso con la mirada, justo estaba al lado de David.
-¿Por favor me pasas el móvil que está dentro del bolso?
El me sonrió y buscó en el bolso.
Justo antes sacó la cámara de fotos que también me había regalado Clara y la puso en una mesa que había al lado.
Después sacó el móvil y me lo dio.
Le correspondí con una gran sonrisa en señal de agradecimiento. Busqué el número de Charles.
¿Qué se supone que debería de decirle?
-¡Solo dime que te ha encantado!.-Me dijo nada más descolgar el teléfono con su voz de loca.
-¿Solo encantarme? Me has dejado totalmente alucinada.-Le dije dándole muchisima efusividad.
David me guiñó el ojo para decirme que había quedado creíble.
Yo creía en ese momento que me derretía.
-Desde luego no sabes que ilusión me hace oír eso.
-No se como agradecertelo.
-Pues para empezar dale mil gracias a Clara, eso para empezar, porque te ha conseguido piezas exclusivas de diseñadores exclusivos… Ufff… Solo de pensarlo ¡me pongo cachondo! Pero mira, te voy a explicar que tienes que hacer en ese armario. ¿Estás cerca?
Madre mía… ¿Y este personaje que tengo al otro lado del teléfono?
Charles era totalmente una loca homosexual enamorado de la moda por lo que oigo.
-Si.
-Pues entra dentro.
Volví a entrar en el armario gigante.
Era volverse a quedar sin palabras.
Era luminoso, grande, espacioso, con espejos y con sofá incluido. Todo en perfecto orden.
-Ya estoy.
-¿Ves que los vestidos, los zapatos y todo tienen unas etiquetas de colores y que tienen números?
Me acerqué para verlo.
-Si, lo estoy viendo.
-Pues bien. Vamos a formar tú y yo un equipo, Carmen. Tú a partir de ahora me dices al evento que vas a ir o lo que vayas a hacer, y yo te voy a enviar unas posibles combinaciones haciendo referencia a los números de las cosas. Es para hacerte la vida mucho más fácil. Eso sí, vas a tener que irme haciendo publicidad. ¿Está hecho?
No creo que fuera tan difícil. No tendría ni que pensar que me ponía. La verdad es que me parecía incluso absurdo como trato, de todas maneras, ¿cómo iba yo a hacerle publicidad?
-Pues claro que sí, si es que así lo quieres.
-Por cierto, ¿Qué tal todo por allí? ¿Ya has conocido a tu compañero de piso? ¡No sabes la envidia que me das a mi y a todos! Yo iría todo el día cachondo por casa.
Entonces miré a David que estaba a mi lado haciéndome fotos con la cámara sin que yo me hubiera dado cuenta.
Entonces me dí cuenta al volverle a mirar, que hasta yo me daba envidia a mi misma.
-Todo bien. Lo otro ya, me lo puedo suponer... ¿tú lo sabías?
-Cariño, también soy el estilista de él… Sigo pensando que es una pena que le gusten más las mujeres que a un tonto un lápiz. Creo que en realidad todos lo sabíamos menos tú, el que ibas a conocer al guaperas de David Mosley. Hubiera pagado por ver tu cara al verle. Clara prefirió que no te dijéramos nada.
Me quedé pensando.
Seguro que si supiera que estaba potando cuando le vi, no hubiera pagado…
¿Cuántas veces me habrá pasado, que halla un secreto a voces y que yo no me entere hasta el último momento?
Mientras los secretos sean así, me darían igual por ahora.
Pero debo de reconocer que las sorpresas nunca me han gustado en exceso.
-Mientras las sorpresas sean así me dan igual.-le dije riéndome a Charles.
-Que graciosa. ¿Qué tal llevas el jet lag?
-Pues no muy bien que se diga. Hoy estoy cansada, a si es que ya saldré mañana. Y te adelanto, va a ser una visita por la ciudad.
-Perfecto. Pues apunta en la libreta que hay en el primer cajón, empezando por la derecha , al lado hay un bolígrafo…
Me acerqué a sacar la libreta. Llamaba un montón la atención, pues era rosa y con pelos.
-Ya la tengo.
Me hizo una lista larga y llena de números en la que aparecían bolso, zapatos, gafas,etc.
Incluso abarcaba el punto que él elegía mi lencería.
Me dijo dónde estaba cada cosa.
Y es que todo, absolutamente todo, llevaba etiquetas de números.
-Pues eso es todo por hoy, Carmen. Un día de esta semana me parece a mí que nos vamos a ver, es posible que el sábado los hermanos Bell celebren una gran fiesta.
-¿Quiénes son los hermanos Bell?
Miré a David el cual seguía haciendo fotos a cosas como mis zapatillas de estar por casa.
David iba a lo suyo, estaba metido totalmente en el rollo de hacer fotos a todo.
-Son dos hermanos diseñadores y organizadores de eventos y fiestas. Muy buenos amigos míos y de David, por lo que creo, y casi te afirmo que estas invitada. Por cierto, te voy a tener que dejar unas cuantas revistas para que te pongas al día.
-Pues si es así, allí nos veremos. Ya me dijo Clara en su lista las que tenía que comprar.
-Me parece bien. Si quieres quedar antes, pues ya sabes cual es mi número. Sería un placer. Bueno Carmen, que lo disfrutes y bienvenida a NewYork City.
-Muchísimas gracias.
-Adiós muñeca.-Dijo poniendo la voz grave.
-Adiós.
Desde luego Charles está hecho todo un personaje, sin duda.
No es solo por su manera de vestir que ya me rompía, sino por su manera de ser.
Miré a David y él seguía haciendo fotos.
No me podía imaginar que pudiera estar yo disfrutando tanto viendo como disfrutaba él. Buscaba el ángulo perfecto, buscaba la sombra, buscaba la luz, y hasta que no lo conseguía no paraba.
Yo me limité a sentarme en un sofá que había en un extremo de la habitación a mirarle. Me parecía curioso que no se sintiera incómodo por mi atenta mirada, pero él seguro que estaba acostumbrado a ser el centro de todas las miradas.
De vez en cuando me miraba y me sonreía.
O incluso me echaba alguna foto.
Yo solo me dedicaba a observarle en silencio. Y porqué no decirlo, yo adoraba ese silencio.
Era un silencio para nada incómodo y agradable. Me había tirado las últimas horas entre tráfico, viaje, dolor de cabeza, dolor de estómago… necesitaba esa tranquilidad, y también necesitaba asimilarlo todo de una vez.
Entonces hizo una última foto y dejó la cámara de fotos en la mesa.
-¿Vas a querer entonces dibujos y palomitas?
-¡OH si!Creo que es lo que mas me apetece del mundo. Un plan totalmente normal y asequible.
Él puso los ojos en blanco a la vez que se mordía el labio de abajo.
Me levanté del sofá y justamente sin esperarmelo para nada el corrió hacia mí y me cogió en brazos.
-¿Qué te pensabas, que se me había olvidado lo de las cosquillas? -me dijo con una sonrisa que tenía los ojos entrecerrados.
Daba miedo con esos ojos tan verdes que dejaban ver perfectamente el tamaño de la pupila, lo que le daba cierto aire de gato.
Me puso de los nervios.
Corazón… Por mucho que te cueste: ¡NO TE ME SALGAS DEL PECHO!
Comienza mi parte favorita :)
Comencemos el CAMBIO...
Y poquito a poco llegaremos a lo RADICAL.
Bien bien... mas lectura.
ResponderEliminarGracias mil.
Muy prolífica la veo últimamente.
Y como siempre: excelente.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Ya no me muero de calor frente al ordenador, es por eso xq escribo más. Ah¡ Y por no mencionar que un día se me fue la pinza y borré gran parte de la historia sin kererlo, y eran bastantes folios¡¡ xD
ResponderEliminarSOY UN DESASTRE¡
Gracias a tí Completo gilipollas... o debería llamarte Fernando Gili??? Nose...
:)
Sigue rezando pecador¡¡
graciasss. ains q biennnn
ResponderEliminarSiempre diré que muchas gracias a tí Marina¡¡
ResponderEliminarSabes enserio la ilusión que me hace saber que hay más gente a la que le gusta la historia??
:)
:)
Tienes un don...para dejar con la miel en los labios. Me encanta david, me encanta Clara y sobre todo me encanta CARMEN! :D
ResponderEliminarUff¡¡ Pues total no os queda por saber de David¡¡
ResponderEliminarY de Clara... ;)
Ójala ese don no se vaya nunca para que todos volváis a mi rinconcito :)
Cuál no era mi intención?!
ResponderEliminarxxx
Ya te puse algo en tu blog...
ResponderEliminarNo puedo hacerle nada. Por lo menos soy sincero. Y quien quiera conocerme, ya lo hará.
ResponderEliminarMe ha encantado la historia.
ResponderEliminarJordi, me gusta que pienses así :)
ResponderEliminary Princesa, me encanta que te encante¡