Esto en mi cerebro fue totalmente por partes y a cachos.
¿Señorita?
Falta de costumbre…
¿LIMUSINA?
¿Habla enserio?
La cuestión es de que me extraño…¡si estoy saliendo por la puerta acompañada de David!
Entonces salí yo primero por la puerta.
Veamos como se ve la ciudad después de haber descansado y sin querer vomitar. Sobre todo sin querer vomitar.
Todo lleno de tráfico, lleno de gente con bolsas de marcas conocidas, luces y colores…
Al mirar al frente allí estaba el chófer abriéndonos la puerta de la limusina.
Contuve un grito.
Hay limusinas y limusinas pero esta era la que nunca me hubiera llegado a imaginar.
Dudo que alguna llamara más la atención que esta.
Parecía el coche fantástico o un Ferrari en versión limusina.
(Alucina vecina)
No me lo podía de creer.
Entonces al acercarme a la limusina me di cuenta que también había unos cuantos fotógrafos alrededor.
Ya habían visto a David e irían a por él como buitres.
No me daba tiempo ni a verla por delante ni por detrás.
Toda una pena.
Aunque en realidad eso tiene que ser lo de menos cuando puedes entrar dentro.
Por lo que entré lo mas deprisa que pude en la limusina.
David entró después.
Yo estaba totalmente ida y no sabía ni a que atender.
¿Qué es eso?
¿Y eso?
¿Y qué habrá ahí dentro?
La limusina era chulísima por dentro.
Tenía el típico minibar , los asientos eran deportivos, había una pantalla de muchísimas pulgadas dentro y al lado la consola.
A los lados de la limusina se intercalaban pantallas de televisión y las ventanas. Hasta tenía focos de los que cambiaban de colores.
Yo creo que durante cinco minutos no dejé de mirar a todas partes sin parar de alucinar. Miraba después a David sin poder creérmelo y con los ojos muy abiertos.
David que me miraba riéndose viendo mi cara de flipada. Parecía disfrutar viéndome así.
Le dio a unos botones que había al lado de mi asiento.
Dí un salto del susto. ¿Qué los asientos dan masajes?
Sabes que las comparaciones son odiosas… Aún más cuando recuerdo mi pequeño Saxo verde…
-¿No es demasiado?-Le dije yo fascinada.
- A ti puede parecértelo. Pero hubiera sacado yo mi coche de no ser que es imposible luego encontrar aparcamiento. Es tu primer día aquí. Tiene que ser un día especial. Esta es la limusina fruto de los múltiples caprichos de mi padre. No puedo negarte que es de todas mi favorita.
-¿A quién le amarga un dulce?. Pues no se cual es tu sorpresa, pero me parece difícil que supere a esto…
-Creo que estás muy confundida. Si lo supera. Más bien no te lo esperas.
-Estas consiguiendo ponerme de los nervios.
-Esa es mi intención.-dijo con una gran sonrisa con los ojos entrecerrados.
Esos ojos de gato me podían quedar hipnotizada.
Cuanto más le miraba mas guapo que antes me parecía.
Oh…
Hacerlo en esta limusina debe se ser…
¡Carmen! Deja de flipar, que es David Mosley y el hijo de Clara…
Necesito espacio y distracciones. Me coloqué en el asiento mas próximo a la ventana.
Él estaba sentado justo delante de mí.
Notaba su mirada clavada en mí viendo como yo miraba a través de la ventana.
Todo el mundo se quedaba mirando la limusina e incluso la gente en los semáforos se acercaba a hacerse fotos.
Me lo estaba pasando como una niña pequeña mirando todo.
Las tiendas, los edificios, las calles, la gente, los puestos de comida…TODO.
¡Hey!
¿Por qué todo el mundo esta haciendo fotos y yo que estoy dentro, como una tonta no estoy haciendo fotos?
Pues entonces enseguida me puse al tema a buscar la cámara. En cuanto la encontré me puse a echar fotos a todo.
Qué suerte el tener varias batería y unos cuantos gigas de memoria… Porque el día solo acababa de empezar.
La limusina paró.
El chófer bajó y nos abrió la puerta.
El edificio al que nos dirigíamos era muy alto.
-Vamos a entrar.-me dijo él ayudándome a salir.
Justo cuando entramos David se acercó a un hombre de unos treinta años. También muy guapo pero algo me dice que está operado.
Alto con barba y musculado. Eso fue lo primero que me llamó la atención.
Iba vestido con un perfecto traje de chaqueta a su medida.
Elegante sin duda y sonrisa de anuncio.
Yo me limité a seguir a David y mirar el edificio todo lleno de gente por todos lados.
Se dieron un abrazo amistoso como si hiciera tiempo que no se vieran.
Me di cuenta como todas las mujeres se quedaban mirando con gran curiosidad.
Algunos susurros de alrededor me confirmaron que querían saber si se trataba de David Mosley.
David me hizo una señal para que me acercara más.
-Carmen, te presento a Jack. Es un gran amigo mío y de mi hermano.
-Encantada de conocerte.-Le dije a la vez que le estrechaba la mano.
-Encantado yo de conocer a una princesa como tú.-Me dijo a la vez que se acercaba mi mano a la boca para besarla como un caballero de otra época.
-¿Princesa?- dije yo haciendo que miraba a todos los lados buscando una.
El me respondió en una amplia sonrisa torcida que le daba cierto toque de picardía al asunto.
-¿Ella no puede saberlo todavía?-le dijo Jack a David.
-No, aún no.-Dijo mirándome a mi a la vez que levantaba varias veces las cejas para ponerme aún mas nerviosa.
-Pues ya está todo preparado. Subir al último piso y pasarlo bien. Yo tengo que seguir trabajando.-dijo Jack.
-Nos vemos el sábado, ¿no?- le dijo David.
-Si, allí estaré. Carmen, tu también vienes, ¿verdad? A la fiesta de los Bell. No puede faltar una preciosidad como tú.-dijo.
¿Y este tío?
-A pues yo… ni idea.
-Si, vendrá conmigo.-dijo David.
-Pues entonces iré con más ganas.-dijo a la vez que me guiñaba un ojo.
-Muchas gracias por todo Jack-le dijo David.
-No hay de qué.-dijo a la vez que hizo un gesto con la mano de despedida y se fue.
-Vaya, desde luego es la primera vez que veo a Jack comportase así de directo... Le has gustado bastante. -me dijo David mientras nos dirigíamos al ascensor con una risita por lo bajo.
-A mi no me mientas. Ese tiene pinta de ser así siempre.
-Pues te aseguro que no… princesa.-Me dijo con cierto retintín la última palabra.
-No me llames princesa. Ni se te ocurra llamarme así.
-¿Y porque no… princesa?-Me dijo con su sonrisa angelical.
-Porque no lo soy. Y punto. Como lo vuelvas a decir pienso despertarte con una cacerola y un cazo si hace falta. Esto es para que te lo pienses dos veces.
Él se intentaba aguantar las ganas, pero no podía evitar el querer picarme y el reírse cada vez que me imaginaba con una cacerola, como si fuera el un mono de hojalata con los platillos. Acabé riéndome solo de pensarlo.
Por fin llegamos a la planta mas alta de aquel edificio gigante dónde él y yo éramos el centro de atención.
Todas las miradas se centraban en nosotros.
A David no paraban de echarle fotos y pedirle autógrafos.
Las mujeres que no paraban de hacer gestos a mis zapatos, a mi abrigo y a mi minibolso. Entonces unas chicas y una mujer se acercaron a mí, mientras David se dedicaba a hacerse fotos con un montón de chicas que no paraban de gritarle lo guapo que era.
-Perdona por molestarte… ¿Cómo has conseguido esos magníficos zapatos?-me dijo una mujer que iba muy bien vestida.
Detrás estaban dos chicas que también querían saberlo.
-Pues la verdad es que no estoy muy segura de cómo me los han conseguido… -le dije yo toda pillada.
No sabía que allí la gente estuviera enterada de esos temas. Las chicas comenzaron a cuchichear.
¿Eran importantes los zapatos?
-Aún no estaban en venta en la tienda…¿Cómo los has conseguido?
-Es que tengo un estilista. No se si lo conocerás, se llama Charles Bizet.
La mujer me miró con los ojos abiertos de par en par.
-¿Qué te viste Charles Bizet? ¡Cómo no voy a saber quien es! Desde luego eres una afortunada. Pues te queda de miedo todo lo que llevas. No sabes que envidia me das a mi y a todas. Todas querríamos estar en manos de Charles.
- Pues muchas gracias señora…-dije intentando parecer lo más amable posible.
Alguien del fondo de la sala la llamó.
Se despidió de mí y se fue.
David se acercó a mi y me hizo un gesto con la cabeza para que le acompañara.
Notaba a mi alrededor miradas envidiosas y cuchicheos por todos lados.
Yo le fui siguendo.
Subimos por las escaleras a lo que supongo que sería la azotea. ¿Para qué vamos a la azotea?
De repente comencé a oir un sonido muy fuerte.
Era progresivamente más fuerte…
Hasta que abrió la puerta y ya si que aquí me quedé pilladisima.
Un helicóptero. Si, eso que había allí con un hombre esperándonos dentro era un helicóptero. Yo me quedé paralizada mirando. Entre las vistas que había allí y el helicóptero me quedé totalmente paralizada.
-Vamos. -Me dijo con una gran sonrisa llena de emoción y cogiéndome del brazo al ver que no era capaz de moverme.
Continuará...
Gracias por leerlo :D
¡Empiecen desde la 1ª Entrada si queréis leer la historia de Carmen! No empiecen la casa por el tejado.
Seguidores
domingo, 28 de noviembre de 2010
jueves, 25 de noviembre de 2010
Quédame con ganas de más...
lunes, 22 de noviembre de 2010
75. Señorita, la limusina os está esperando.
Yo ya había terminado de desayunar y aún estaba intentando analizar la situación de todo lo que me acababa de contar David.
Entonces él cogió un periódico y comenzó a leer.
Me llamó mucho la atención un objeto de la casa que estaba cerca de mí.
¿Eso qué tiene dentro son revistas? Sí.
Las cojí y eché una ojeada a las portadas.
Todas las revistas que miré eran del día.
Pasé unas cuantas páginas de la primera revista que había en el montón, pero me di cuenta que no me interesaba casi nada de lo que salía en la revista.
De repente me di cuenta que había fotos de una fiesta de una presentación de una película que no había sido hace mucho.
Una cara que me resultaba familiar…
¡Era una foto de la modelo de ayer!
Se llama Jennifer Bender.
En la foto salía posando con un traje de largo impresionante lleno de brillantes que hacía juego con el color de sus ojos.
Era una chica muy guapa. Parecía una muñequita.
A su lado estaba una de las protagonistas de la película.
Iba a leer un poco de que iba la fiesta, pero entonces vi que David estaba terminando de leer el artículo del periódico y me miraba con curiosidad.
Me puse de pie dispuesta a llevármelas a mi habitación.
Me voy a tenerme que poner al día de más de una cosa.
-Me voy a dejar esto en mi habitación… Ahora vengo.
-Te espero en la entrada.
Él seguía intentando saber qué había visto en la revista.
No le iba a preguntar nada de esa tal Jennifer.
Justo mientras yo salía del salón a David le llamaron al móvil.
Conseguí llegar sin problemas a la habitación.
Me terminé de retocar y arreglar.
Dejé dobladita la esquina de la revista por donde estaba el artículo de la fiesta. Tendría que ponerme al día de quien era ella, por si acaso me la volvía a encontrar.
Iba a salir ya de la habitación, pero entonces me pareció oír la voz de David que se acercaba a su habitación.
Sé que no esta bien cotillear… pero me pilló al lado de la puerta a huevo de escucharlo.
Su voz parecía un poco más elevada del tono normal.
Parecía que se acercaba discutiendo por el móvil.
-¡Es que estás hecha toda una pesada!..No por que me llames más de veinte veces al día se me va a pasar el cabreo o vamos a volver… No hace falta que te pases por casa no tengo nada tuyo… En ese caso ya te lo enviaré… Ella no tiene nada que ver en lo que pasó. Eres una paranoica… Mira no tengo tiempo para tus tonterías. No quiero volver a tener noticias tuyas. Adiós.
Fue lo último que escuché después de un portazo en la habitación de David.
Joder que mala pata.
Me quedé totalmente pillada detrás de la puerta.
Eso de romper me sonaba… Pero cada pareja es un mundo totalmente diferente.
¿Con quién estaría discutiendo?
¿con Jennifer?
¿Le habrá puesto los cuernos a otra con ella?
Entonces aproveché que sabía que se encontraba en su habitación para acercarme corriendo a leer la revista.
¡No puedo vivir con la intriga!
Comencé a leer el artículo y no ponía nada intersante, pero entonces pasé la página.
¡Ahí estaba la verdad!
Una foto de David y ella mirándose con una gran sonrisa y una mirada de complicidad.
Hacían una bonita pareja y en esa foto parecían enamorados.
Uf… ¡Qué amor empalagoso!
Para lo que veo qué les ha durado…
En el artículo que había al lado aparecía un pequeño texto:
A la fiesta asistieron amigos de los protagonistas como la pareja del momento: Jennifer Bender y David Mosley.
¿La pareja del momento?
Pues va a ser que no…
No se cuanto tiempo habrían estado saliendo juntos.
Por el portazo que ha metido David en la habitación y viendo que aun no ha salido, no se si se encuentra bien o se encuentra mal…
Yo solo se lo duro qué es volver a empezar y no saber cómo continuar.
Solo sé lo que siente.
Aunque ahora que lo pienso la chica esta tiene que ser una niñata en toda regla. Pensando que íntentó robar un bolso del armario…
Joder qué rarita. No había caído antes.
¿Pretenden qué vuelvan cuando roba cosas en casas ajenas?
Ahora lo cierto es que tengo un dilema.
Cuando lo dejé con Alberto lo que menos me apetecía era quedarme sola por el miedo a echarle de menos.
No se como es David, pero yo por lo menos voy a intentar que no se quede solo para que no se sienta mal.
Ahora que le conozco un poco mejor se que no le molesta mi compañía, a si es que no me voy a quedar aquí parada…
Lo mejor será que compruebe si él está bien, aunque me llame pesada.
Me fui entonces en vez de a la entrada a su habitación.
Pegué unos cuantos golpecillos en la puerta.
-¿Se puede?
-Si, pasa. -Contestó una voz que parecía débil y triste.
Cuando entré el se encontraba sentado en el sofá con un marco de fotos en la mano.
Vi como hacía amago de levantarse y dejar la foto en la mesa.
-No, espera. No lo hagas…
Él me miró extrañado.
Y yo por unos segundos sin saber que decir.
-Lo siento, pero no he podido evitar el oír que estabas discutiendo con alguien.-le dije.
-Ah, ya… bueno. No pasa nada, no es tu culpa.
¿Y por qué lo iba a ser?
No podía evitar sentirme como una idiota a lo que le iba a decir…¿Cuenta conmigo? Seguro que se va a pensar que soy una interesada que quiero que me llore en el brazo. Pero tampoco es así.
Aprovecharse de los demás esta mal… muy mal.
Y siempre que rompes con alguien hay dos tipos de reacciones, es decir, o te lías con el primer ser bicho viviente que se te cruce por el camino o simplemente quieres estar un tiempo solo… y luego liarte con el primero qué encuentres.
Un clavo que saque otro clavo.
Yo estoy en el tiempo de estar sola.
-La verdad es que tampoco nos conocemos mucho y quizás no me tenía que meter y tampoco decirte nada por que no sé que ha pasado. Pero que para lo que sea que estoy aquí y que sé que es difícil lo de romper con alguien. Me siento tonta diciéndote esto, porque no se ni que te vas a pensar de mí… No quiero que pienses qué soy una cotilla. No pienso contarle nada a nadie. Es tú vida…
Entonces el se levantó del sofá, dejó la foto encima de la mesa.
Al echarle un vistazo me fijé que era una foto de Jennifer y él en la playa.
Se colocó delante de mí.
-Muchas gracias Carmen. Siempre es bueno saber que alguien se preocupa por ti en momentos así… No hace falta que te preocupes. Lo que me fastidia es que después del tiempo que llevábamos la cosa haya terminado así… pero prefiero saber que me he dado cuenta de cómo es ella en realidad y que ha sido tiempo.
-Pues entonces no merece la pena lamentarse.
-Claro que no. Vámonos que tengo que hacer de guía turístico. Hoy toca cambio de papeles.
-Si, pues si esperas que me ponga a actuar lo llevas claro. Se me da como el culo.
Entonces me sonrió y cogió del cajón unas llaves.
-Vámonos.
Entonces nos fuimos de casa, no antes sin despedir a Margarita, que parecía nuestra madre diciéndonos que nos abrigáramos, que hacía muchísimo frío.
Me daban ganas de pegar saltitos cada vez que pensaba: dónde estaba, quien era mi guía, que todo estaba decorado con cosas de Navidad y que tenía una sorpresa…
-¿Qué?¿Ya te estas poniendo nerviosa?-dije mirando mi pie que no paraba de hacer el movimiento de impaciente.
Y luego mirándome con una gran sonrisa.
Por dentro sentía que me derretía como si fuera mantequilla.
-Tengo derecho a estar nerviosa.
-Yo si fuera tú también estaría nervioso…
Allí en el portal estaba el señor bajito uniformado.
Cuando me vió abrió los ojos de par en par.
No me extraña para nada después de las pintas con las que llegué ayer.
-Buenos días Señorita Carmen y Señor David. La limusina los está esperando. - dijo amablemente mientras nos abría la puerta.
Conituará...
No creais que paso de actualizar...
Pero tirarte quince días haciendo un trabajo que luego no van a recoger...
Imaginaros la cara que se me ha quedado...
¬¬
Entonces él cogió un periódico y comenzó a leer.
Me llamó mucho la atención un objeto de la casa que estaba cerca de mí.
¿Eso qué tiene dentro son revistas? Sí.
Las cojí y eché una ojeada a las portadas.
Todas las revistas que miré eran del día.
Pasé unas cuantas páginas de la primera revista que había en el montón, pero me di cuenta que no me interesaba casi nada de lo que salía en la revista.
De repente me di cuenta que había fotos de una fiesta de una presentación de una película que no había sido hace mucho.
Una cara que me resultaba familiar…
¡Era una foto de la modelo de ayer!
Se llama Jennifer Bender.
En la foto salía posando con un traje de largo impresionante lleno de brillantes que hacía juego con el color de sus ojos.
Era una chica muy guapa. Parecía una muñequita.
A su lado estaba una de las protagonistas de la película.
Iba a leer un poco de que iba la fiesta, pero entonces vi que David estaba terminando de leer el artículo del periódico y me miraba con curiosidad.
Me puse de pie dispuesta a llevármelas a mi habitación.
Me voy a tenerme que poner al día de más de una cosa.
-Me voy a dejar esto en mi habitación… Ahora vengo.
-Te espero en la entrada.
Él seguía intentando saber qué había visto en la revista.
No le iba a preguntar nada de esa tal Jennifer.
Justo mientras yo salía del salón a David le llamaron al móvil.
Conseguí llegar sin problemas a la habitación.
Me terminé de retocar y arreglar.
Dejé dobladita la esquina de la revista por donde estaba el artículo de la fiesta. Tendría que ponerme al día de quien era ella, por si acaso me la volvía a encontrar.
Iba a salir ya de la habitación, pero entonces me pareció oír la voz de David que se acercaba a su habitación.
Sé que no esta bien cotillear… pero me pilló al lado de la puerta a huevo de escucharlo.
Su voz parecía un poco más elevada del tono normal.
Parecía que se acercaba discutiendo por el móvil.
-¡Es que estás hecha toda una pesada!..No por que me llames más de veinte veces al día se me va a pasar el cabreo o vamos a volver… No hace falta que te pases por casa no tengo nada tuyo… En ese caso ya te lo enviaré… Ella no tiene nada que ver en lo que pasó. Eres una paranoica… Mira no tengo tiempo para tus tonterías. No quiero volver a tener noticias tuyas. Adiós.
Fue lo último que escuché después de un portazo en la habitación de David.
Joder que mala pata.
Me quedé totalmente pillada detrás de la puerta.
Eso de romper me sonaba… Pero cada pareja es un mundo totalmente diferente.
¿Con quién estaría discutiendo?
¿con Jennifer?
¿Le habrá puesto los cuernos a otra con ella?
Entonces aproveché que sabía que se encontraba en su habitación para acercarme corriendo a leer la revista.
¡No puedo vivir con la intriga!
Comencé a leer el artículo y no ponía nada intersante, pero entonces pasé la página.
¡Ahí estaba la verdad!
Una foto de David y ella mirándose con una gran sonrisa y una mirada de complicidad.
Hacían una bonita pareja y en esa foto parecían enamorados.
Uf… ¡Qué amor empalagoso!
Para lo que veo qué les ha durado…
En el artículo que había al lado aparecía un pequeño texto:
A la fiesta asistieron amigos de los protagonistas como la pareja del momento: Jennifer Bender y David Mosley.
¿La pareja del momento?
Pues va a ser que no…
No se cuanto tiempo habrían estado saliendo juntos.
Por el portazo que ha metido David en la habitación y viendo que aun no ha salido, no se si se encuentra bien o se encuentra mal…
Yo solo se lo duro qué es volver a empezar y no saber cómo continuar.
Solo sé lo que siente.
Aunque ahora que lo pienso la chica esta tiene que ser una niñata en toda regla. Pensando que íntentó robar un bolso del armario…
Joder qué rarita. No había caído antes.
¿Pretenden qué vuelvan cuando roba cosas en casas ajenas?
Ahora lo cierto es que tengo un dilema.
Cuando lo dejé con Alberto lo que menos me apetecía era quedarme sola por el miedo a echarle de menos.
No se como es David, pero yo por lo menos voy a intentar que no se quede solo para que no se sienta mal.
Ahora que le conozco un poco mejor se que no le molesta mi compañía, a si es que no me voy a quedar aquí parada…
Lo mejor será que compruebe si él está bien, aunque me llame pesada.
Me fui entonces en vez de a la entrada a su habitación.
Pegué unos cuantos golpecillos en la puerta.
-¿Se puede?
-Si, pasa. -Contestó una voz que parecía débil y triste.
Cuando entré el se encontraba sentado en el sofá con un marco de fotos en la mano.
Vi como hacía amago de levantarse y dejar la foto en la mesa.
-No, espera. No lo hagas…
Él me miró extrañado.
Y yo por unos segundos sin saber que decir.
-Lo siento, pero no he podido evitar el oír que estabas discutiendo con alguien.-le dije.
-Ah, ya… bueno. No pasa nada, no es tu culpa.
¿Y por qué lo iba a ser?
No podía evitar sentirme como una idiota a lo que le iba a decir…¿Cuenta conmigo? Seguro que se va a pensar que soy una interesada que quiero que me llore en el brazo. Pero tampoco es así.
Aprovecharse de los demás esta mal… muy mal.
Y siempre que rompes con alguien hay dos tipos de reacciones, es decir, o te lías con el primer ser bicho viviente que se te cruce por el camino o simplemente quieres estar un tiempo solo… y luego liarte con el primero qué encuentres.
Un clavo que saque otro clavo.
Yo estoy en el tiempo de estar sola.
-La verdad es que tampoco nos conocemos mucho y quizás no me tenía que meter y tampoco decirte nada por que no sé que ha pasado. Pero que para lo que sea que estoy aquí y que sé que es difícil lo de romper con alguien. Me siento tonta diciéndote esto, porque no se ni que te vas a pensar de mí… No quiero que pienses qué soy una cotilla. No pienso contarle nada a nadie. Es tú vida…
Entonces el se levantó del sofá, dejó la foto encima de la mesa.
Al echarle un vistazo me fijé que era una foto de Jennifer y él en la playa.
Se colocó delante de mí.
-Muchas gracias Carmen. Siempre es bueno saber que alguien se preocupa por ti en momentos así… No hace falta que te preocupes. Lo que me fastidia es que después del tiempo que llevábamos la cosa haya terminado así… pero prefiero saber que me he dado cuenta de cómo es ella en realidad y que ha sido tiempo.
-Pues entonces no merece la pena lamentarse.
-Claro que no. Vámonos que tengo que hacer de guía turístico. Hoy toca cambio de papeles.
-Si, pues si esperas que me ponga a actuar lo llevas claro. Se me da como el culo.
Entonces me sonrió y cogió del cajón unas llaves.
-Vámonos.
Entonces nos fuimos de casa, no antes sin despedir a Margarita, que parecía nuestra madre diciéndonos que nos abrigáramos, que hacía muchísimo frío.
Me daban ganas de pegar saltitos cada vez que pensaba: dónde estaba, quien era mi guía, que todo estaba decorado con cosas de Navidad y que tenía una sorpresa…
-¿Qué?¿Ya te estas poniendo nerviosa?-dije mirando mi pie que no paraba de hacer el movimiento de impaciente.
Y luego mirándome con una gran sonrisa.
Por dentro sentía que me derretía como si fuera mantequilla.
-Tengo derecho a estar nerviosa.
-Yo si fuera tú también estaría nervioso…
Allí en el portal estaba el señor bajito uniformado.
Cuando me vió abrió los ojos de par en par.
No me extraña para nada después de las pintas con las que llegué ayer.
-Buenos días Señorita Carmen y Señor David. La limusina los está esperando. - dijo amablemente mientras nos abría la puerta.
Conituará...
No creais que paso de actualizar...
Pero tirarte quince días haciendo un trabajo que luego no van a recoger...
Imaginaros la cara que se me ha quedado...
¬¬
lunes, 15 de noviembre de 2010
74. Secretos a voces de la familia.
Comenzamos a desayunar.
-Pues mi padre… digamos que es un hombre muy peculiar... Incluso me parece raro que no sepas nada de él. Suele salir mucho en los medios de comunicación. Consiguió su fortuna e imperio de la nada. A base de mucho estudiar, golpes de suerte, buenos contactos y esfuerzo. Su familia viene de origen muy humilde. Cuando comenzó a ganar muchísimo dinero empezó a derrochar y a ser muy ostentoso... Es una persona muy generosa, pero a veces se le olvida de donde vino. Se toma muy enserio su trabajo y muy seguro de si mismo… Cuando era pequeño no te creas que le veía mucho. Solía estar de viajes de negocios… o bueno, eso creía. Hace poco nos enteramos que se estaba liando con la secretaria durante no se cuanto tiempo… Aunque por ahí de vez en cuando aparece alguna prostituta en la prensa y ya no se… Él y yo nos vemos una o dos veces al año.
Yo le mire incrédula de que me lo contara tan tranquilo. Se notaba que David le tenía cariño, pero que nunca cumplió bien su función de padre y lo que hiciera su padre con su vida no le iba ni le venía.
Parecía un amor incondicional.
¿Sólo verle una vez al año o dos a tu padre?
¿prostitutas?
¿secretaria?
¿Perdona?
…
-Este tema te lo cuento tan tranquilo, porque se convirtió en el tema de conversación durante varios meses y creo que lo sabe ya todo el mundo.-continuó diciéndome.- Esto está lleno de gente que le gustan mucho los cotilleos. A mi supongo que le hubiera encantado que yo fuera el que heredero todos sus esfuerzos, pero no me gustaría parecerme a él. Esto no quita que lo vayas a conocer y que pueda caerte bien… Me dijo mi madre que tú estudiaste turismo, ¿no?
¿Qué tendría que ver eso ahora?¿Un cambio de tema a tiempo?
Yo aún estoy asimilando lo que me cuenta.
-Si, es lo que estudié.
-Pues bien, mi padre tiene también una cadena de hoteles de lujo. Tú vas a trabajar en uno de ellos. Mi madre te dio el número de mi padre para cuando quieras incorporarte a trabajar. Pero no te agobies que no hay prisa.
¿Iba a trabajar para su padre?
-Dijo que era el hotel de un amigo, no de tu padre…¿Aún se llevan bien entre ellos?
-Aunque no te lo creas, aun siguen quedando para comer o para cenar. A mi madre tampoco le molestó mucho el asunto de mi padre, pues ella es muy liberal… Mi madre también tenía un amante. No discutieron ni nada. Mi madre ya lo sabía. Cuando las fotos salieron a la luz, pues pillaron a mi padre rodeado de prostitutas en un yate, hicieron un divorcio rápido y sin discusiones. Fue demasiado extraño y rápido. Se llevan estupendamente. Decidieron no hacer de la historia un drama. A veces incluso quedamos todos a comer y como si no hubiera pasado nada. Supongo que cada familia es un mundo, tiene sus propias reglas y maneras de afrontar los problemas.
Yo me estaba quedando loquísima.
¿Qué tipo de familia es aquella?
¿Puedes vivir tranquilo sabiendo que tu madre le ponía los cuernos a tu padre y viceversa?
¿Prostitutas y amantes?
Yo nunca me hubiera imaginado algo así. No podía imaginarme eso de mis padres. Si fuera así yo viviría feliz en la ignorancia.
Es como cuando leí que en el 2012 iba a caer un meteorito sobre la tierra y nos vamos a morir, aunque fuera verdad, prefiero no saberlo.
-Supongo que habrá tenido que ser difícil para ti y para tu hermano. -dije yo con una vocecita.
No sabía si quería seguir preguntando si lo que iba a descubrir era una telenovela.
-Mi hermano lo lleva mucho peor que yo. No lo lleva tan bien como yo. Por eso está todo el día viajando de aquí para allá, para no verlos. Bueno y también porque va de fiesta en fiesta. Ahora está con su novia en Argentina pero mañana puede ser que estén en México, nunca se sabe. Mi hermano tiene unos valores muy fijos y tradicionales y no quiere aceptar que lo que pasó ya no se puede cambiar. Aún así intenta hacer que todo parezca normal.
- Creo que entiendo a tu hermano. Yo también estaría un poco descolocada.
- Pues te puedo asegurar, que mi manera de enterarme fue mucho peor que la suya… y mejor no te digo más. Creo que incluso estoy asustándote con mi familia de locos.
-Si, bueno, será de locos, pero la familia es la familia.-le dije yo imitando la voz del padrino y para quitarle un poco de peso de encima a la conversación.
Él me sonrió.
-Tienes mucha razón.- dijo él.
Continuará.
-Pues mi padre… digamos que es un hombre muy peculiar... Incluso me parece raro que no sepas nada de él. Suele salir mucho en los medios de comunicación. Consiguió su fortuna e imperio de la nada. A base de mucho estudiar, golpes de suerte, buenos contactos y esfuerzo. Su familia viene de origen muy humilde. Cuando comenzó a ganar muchísimo dinero empezó a derrochar y a ser muy ostentoso... Es una persona muy generosa, pero a veces se le olvida de donde vino. Se toma muy enserio su trabajo y muy seguro de si mismo… Cuando era pequeño no te creas que le veía mucho. Solía estar de viajes de negocios… o bueno, eso creía. Hace poco nos enteramos que se estaba liando con la secretaria durante no se cuanto tiempo… Aunque por ahí de vez en cuando aparece alguna prostituta en la prensa y ya no se… Él y yo nos vemos una o dos veces al año.
Yo le mire incrédula de que me lo contara tan tranquilo. Se notaba que David le tenía cariño, pero que nunca cumplió bien su función de padre y lo que hiciera su padre con su vida no le iba ni le venía.
Parecía un amor incondicional.
¿Sólo verle una vez al año o dos a tu padre?
¿prostitutas?
¿secretaria?
¿Perdona?
…
-Este tema te lo cuento tan tranquilo, porque se convirtió en el tema de conversación durante varios meses y creo que lo sabe ya todo el mundo.-continuó diciéndome.- Esto está lleno de gente que le gustan mucho los cotilleos. A mi supongo que le hubiera encantado que yo fuera el que heredero todos sus esfuerzos, pero no me gustaría parecerme a él. Esto no quita que lo vayas a conocer y que pueda caerte bien… Me dijo mi madre que tú estudiaste turismo, ¿no?
¿Qué tendría que ver eso ahora?¿Un cambio de tema a tiempo?
Yo aún estoy asimilando lo que me cuenta.
-Si, es lo que estudié.
-Pues bien, mi padre tiene también una cadena de hoteles de lujo. Tú vas a trabajar en uno de ellos. Mi madre te dio el número de mi padre para cuando quieras incorporarte a trabajar. Pero no te agobies que no hay prisa.
¿Iba a trabajar para su padre?
-Dijo que era el hotel de un amigo, no de tu padre…¿Aún se llevan bien entre ellos?
-Aunque no te lo creas, aun siguen quedando para comer o para cenar. A mi madre tampoco le molestó mucho el asunto de mi padre, pues ella es muy liberal… Mi madre también tenía un amante. No discutieron ni nada. Mi madre ya lo sabía. Cuando las fotos salieron a la luz, pues pillaron a mi padre rodeado de prostitutas en un yate, hicieron un divorcio rápido y sin discusiones. Fue demasiado extraño y rápido. Se llevan estupendamente. Decidieron no hacer de la historia un drama. A veces incluso quedamos todos a comer y como si no hubiera pasado nada. Supongo que cada familia es un mundo, tiene sus propias reglas y maneras de afrontar los problemas.
Yo me estaba quedando loquísima.
¿Qué tipo de familia es aquella?
¿Puedes vivir tranquilo sabiendo que tu madre le ponía los cuernos a tu padre y viceversa?
¿Prostitutas y amantes?
Yo nunca me hubiera imaginado algo así. No podía imaginarme eso de mis padres. Si fuera así yo viviría feliz en la ignorancia.
Es como cuando leí que en el 2012 iba a caer un meteorito sobre la tierra y nos vamos a morir, aunque fuera verdad, prefiero no saberlo.
-Supongo que habrá tenido que ser difícil para ti y para tu hermano. -dije yo con una vocecita.
No sabía si quería seguir preguntando si lo que iba a descubrir era una telenovela.
-Mi hermano lo lleva mucho peor que yo. No lo lleva tan bien como yo. Por eso está todo el día viajando de aquí para allá, para no verlos. Bueno y también porque va de fiesta en fiesta. Ahora está con su novia en Argentina pero mañana puede ser que estén en México, nunca se sabe. Mi hermano tiene unos valores muy fijos y tradicionales y no quiere aceptar que lo que pasó ya no se puede cambiar. Aún así intenta hacer que todo parezca normal.
- Creo que entiendo a tu hermano. Yo también estaría un poco descolocada.
- Pues te puedo asegurar, que mi manera de enterarme fue mucho peor que la suya… y mejor no te digo más. Creo que incluso estoy asustándote con mi familia de locos.
-Si, bueno, será de locos, pero la familia es la familia.-le dije yo imitando la voz del padrino y para quitarle un poco de peso de encima a la conversación.
Él me sonrió.
-Tienes mucha razón.- dijo él.
Continuará.
jueves, 11 de noviembre de 2010
73. Encontrar eso que llaman felicidad.
Que rápido.
Como estaba al lado de la puerta, le abrí enseguida.
Así sin pensármelo mucho…
Allí estaba él guapísimo y luciendo su mejor sonrisa.
Era como un momento de película a cámara lenta.
Iba muy arreglado en comparación con la gente que yo conozco, pero… ¿él acaso tenía comparación con otra persona que yo conociera?
¿No había una razón por la que todas babearan al verle?
No estaba mejor que en calzoncillos…
Misión: Quitarme aquella imagen suya de la cabeza.
Creía que iba a pasar pero estaba allí al otro lado de la puerta parado.
Él se quedo mirándome de arriba abajo despacio con las cejas levantadas.
¿Pero qué pasa?
¿Otro más que está alucinando casi más que yo?
¿Le gustará mi disfraz?
Raro sería que no le gustara… Llevo un vestido con tanto escote, que consigue llamar la atención al igual que llevara un cartel de neón verde de puticlub en el que ponga: Chicas calientes.
Se acercó sin dejar de mirarme.
Después empezó a mirar la habitación por detrás como si yo no estuviera.
Me miraba como si no me hubiera visto nunca.
-Señorita, ¿ha visto por ahí a una tal Carmen?-dijo de broma.
-Esa se ha ido al supermercado a comprar patatas…-dije a la vez que le daba un golpecito en el hombro para que se le quitara esa risa de niño travieso.
Le quedé roto con mi contestación.
No se que pasaba cuando le veía. David hacía que me acelerara a la vez que conseguía tranquilizarme.
-No, ahora va enserio, estás preciosa. Me has quedado sin palabras…-Dijo conservando una gran sonrisa de niño travieso.
-Si llamas estar preciosa a ir vestida como Victoria Beckham mezclado con las gemelas Olsen o Lindsay Lohan, te creeré...-dije como una graciosilla para desviar su atención.
Torcí un poco la cabeza para que no viera mis mejillas sonrosadas.
¿Preciosa?
Me acordé de Benji… ¿Dónde estará?
¡Espérate!
¡Qué mal!
¿Y si conoce a alguna de las que he nombrado, y se llevan bien, y yo estoy aquí plan irónica…? Estoy más bonita calladita.
-Piensa lo que quieras.-dijo sonriéndome y acercándose.- Vámonos a desayunar, ¿no? Es en el salón.
Entonces él me cogió el abrigo que llevaba colgando en el brazo y echó a andar. Me hizo un gesto amable para que le siguiera.
-¿No estás nerviosa?-dijo.
-Pues la verdad es que no cómo creía… ¿Crees que puedo estar más nerviosa que ayer?
-Eso es porque no sabes lo que tengo preparado para el día de hoy.- Dijo mirándome y frotándose las manos.
Quería volverme a impacientar.
-¿Has estado preparando algo?-dije yo extrañada.
No tengo ni la más remota idea de lo que tiene pensado. ¿Qué puedes esperar de un niño rico cómo este?
-Bueno, mas bien he llamado a un amigo mío, y sólo te voy a dar una pista…
-¿Solo una?
-Si, solo una. Espero que no le tengas miedo a las alturas.
Abrí los ojos de par en par y le miré.
¿CÓMO? ¿ALTURAS?
¿Dónde piensa llevarme este muchacho?
Ni la más remota idea.
Y si, me dan miedo las alturas… Tengo mucho vértigo.
Preferí callarme y no chafarle el plan.
Quedarme callada y no confesarle la verdad fue mi opción.
Entonces llegamos al salón donde había una mesa muy grande toda llena de boyería, pasteles, pastelitos, galletitas, magdalenas, zumo, leche… y una interminable lista de cosas todas para desayunar. No cosas cualquiera, algunos pasteles eran auténticas obras de arte en miniatura.
Le miré con los ojos abiertos de par en par de nuevo.
-¿Cuántos dices que vamos a desayunar aquí?
El me miró y se rió.
-Pues tú y yo. Los dulces que no comamos, Margarita lo lleva a orfanatos o a centros de ayuda de gente sin techo… Es una persona excepcional y muy comprometida con la sociedad. -Me dijo a la vez que deslizó la silla hacia atrás para que yo tomara asiento.
Aún no me acostumbro a este tipo de trato…
-Vaya… Da gusto saber que todavía hay gente que se dedica ayudar a los demás.
-A mi también me gusta ese tipo de gente. Yo de hecho, cuando era pequeño quería ser algo útil. Si te soy sincero yo no quería ser actor ni nada por el estilo. Yo quería ser bombero, policía, guardabosques... Aunque claro… También quería ser superhéroe…
Iba a coger una tostada pero me quedé perpleja a mitad de camino al oír eso. Me comencé a reír un montón.
¿Cómo?
¿guardabosques, bombero o policía? Esto me estaba superando… ¿Un rico quería algo así?
-Tiene que ser broma, ¿no?-le dije sin disimular el que no me lo creía.
-Qué va. A mi me gustan esas profesiones, son sacrificadas, si lo sé. Fui en esta casa el que quería desentonar del resto... Te puedo asegurar que no es lo que se espera del hijo de un multimillonario y de una de las modelos más importantes de la historia de la moda. Por lo menos, en el mundo que me muevo no está bien visto. Y yo a los que conozco, les gusta mucho hablar y también las apariencias... Creo que por eso mi madre se fue de aquí.
Por unos momentos dudé si preguntarle los motivos de porqué su madre había acabado en una ciudad tan pequeña teniendo una casa así, pero… ¿no sería mejor averiguar cosas de él? ¿Cuántas oportunidades tendría así?
-¿A ti no te gusta tu carrera? Es envidiable, o bueno… me lo puedo suponer.
-Si. No me imagino una vida sin lo que he conseguido hasta ahora, pero hay cosas que el dinero no te da, al igual que la fama… Tiene sus cosas buenas y cosas malas. A veces necesitas hacer cosas por los demás y sentirse útil. Te puedo asegurar que no me voy a quejar, que la vida me a dado muchas ventajas y que vivo de manera envidiable. A veces me gustaría sentirme mucho mas útil que ser un producto o una imagen… Hace que a veces me sienta perdido… pero es mi trabajo.
Veía que era sincero.
¿Se sentía perdido?
¿Quién me iba a decir que David Mosley hubiera tenido nunca inquietudes a la hora de trabajar?
-Vaya, me has quedado perpleja. No me había parado a pensar que tuvieras ese tipo de cosas en mente…
-Cuando naces con la vida resuelta te da más tiempo a pensar más. Tampoco te creas que a mi padre no le costó asimilar que fuera actor o modelo, pudiendo trabajar en un gran despacho con él. Eso es lo que él esperaba.
-¿No querías estudiar? ¿Algo en contra de los despachos?
-A mi la verdad es que me han expulsado de unos cuantos internados. Digamos que no soy el hijo perfecto y mucho menos el estudiante perfecto… Sin embargo supe barajar posibilidades y mírame. He tenido suerte de que se me diera bien el teatro, porque tiene que ser asqueroso pasarse toda la vida dentro de un despacho siendo el hijo del jefe…
En verdad yo no me he parado pensar mucho en los demás.
Mi trabajo consiste en que la gente disfrute viajando. Pero bueno, al fin y al cabo es lo que me gusta. Aunque es necesario encontrar la felicidad para uno mismo, es también gratificante sentirse feliz haciendo feliz a los demás.
El dinero no lo es todo, pero ayuda mucho…¡Y tanto que ayuda!
Cómo se nota que este no ha tenido que hacer cosas como yo para tener más dinero…
-Creo que en realidad no sé nada de tu padre, ahora que lo mencionaste...
Dio un resoplido como si no supiera que decirme de él.
Creo que por la cara que puso, no sabía decirme nada bueno de él.
Como estaba al lado de la puerta, le abrí enseguida.
Así sin pensármelo mucho…
Allí estaba él guapísimo y luciendo su mejor sonrisa.
Era como un momento de película a cámara lenta.
Iba muy arreglado en comparación con la gente que yo conozco, pero… ¿él acaso tenía comparación con otra persona que yo conociera?
¿No había una razón por la que todas babearan al verle?
No estaba mejor que en calzoncillos…
Misión: Quitarme aquella imagen suya de la cabeza.
Creía que iba a pasar pero estaba allí al otro lado de la puerta parado.
Él se quedo mirándome de arriba abajo despacio con las cejas levantadas.
¿Pero qué pasa?
¿Otro más que está alucinando casi más que yo?
¿Le gustará mi disfraz?
Raro sería que no le gustara… Llevo un vestido con tanto escote, que consigue llamar la atención al igual que llevara un cartel de neón verde de puticlub en el que ponga: Chicas calientes.
Se acercó sin dejar de mirarme.
Después empezó a mirar la habitación por detrás como si yo no estuviera.
Me miraba como si no me hubiera visto nunca.
-Señorita, ¿ha visto por ahí a una tal Carmen?-dijo de broma.
-Esa se ha ido al supermercado a comprar patatas…-dije a la vez que le daba un golpecito en el hombro para que se le quitara esa risa de niño travieso.
Le quedé roto con mi contestación.
No se que pasaba cuando le veía. David hacía que me acelerara a la vez que conseguía tranquilizarme.
-No, ahora va enserio, estás preciosa. Me has quedado sin palabras…-Dijo conservando una gran sonrisa de niño travieso.
-Si llamas estar preciosa a ir vestida como Victoria Beckham mezclado con las gemelas Olsen o Lindsay Lohan, te creeré...-dije como una graciosilla para desviar su atención.
Torcí un poco la cabeza para que no viera mis mejillas sonrosadas.
¿Preciosa?
Me acordé de Benji… ¿Dónde estará?
¡Espérate!
¡Qué mal!
¿Y si conoce a alguna de las que he nombrado, y se llevan bien, y yo estoy aquí plan irónica…? Estoy más bonita calladita.
-Piensa lo que quieras.-dijo sonriéndome y acercándose.- Vámonos a desayunar, ¿no? Es en el salón.
Entonces él me cogió el abrigo que llevaba colgando en el brazo y echó a andar. Me hizo un gesto amable para que le siguiera.
-¿No estás nerviosa?-dijo.
-Pues la verdad es que no cómo creía… ¿Crees que puedo estar más nerviosa que ayer?
-Eso es porque no sabes lo que tengo preparado para el día de hoy.- Dijo mirándome y frotándose las manos.
Quería volverme a impacientar.
-¿Has estado preparando algo?-dije yo extrañada.
No tengo ni la más remota idea de lo que tiene pensado. ¿Qué puedes esperar de un niño rico cómo este?
-Bueno, mas bien he llamado a un amigo mío, y sólo te voy a dar una pista…
-¿Solo una?
-Si, solo una. Espero que no le tengas miedo a las alturas.
Abrí los ojos de par en par y le miré.
¿CÓMO? ¿ALTURAS?
¿Dónde piensa llevarme este muchacho?
Ni la más remota idea.
Y si, me dan miedo las alturas… Tengo mucho vértigo.
Preferí callarme y no chafarle el plan.
Quedarme callada y no confesarle la verdad fue mi opción.
Entonces llegamos al salón donde había una mesa muy grande toda llena de boyería, pasteles, pastelitos, galletitas, magdalenas, zumo, leche… y una interminable lista de cosas todas para desayunar. No cosas cualquiera, algunos pasteles eran auténticas obras de arte en miniatura.
Le miré con los ojos abiertos de par en par de nuevo.
-¿Cuántos dices que vamos a desayunar aquí?
El me miró y se rió.
-Pues tú y yo. Los dulces que no comamos, Margarita lo lleva a orfanatos o a centros de ayuda de gente sin techo… Es una persona excepcional y muy comprometida con la sociedad. -Me dijo a la vez que deslizó la silla hacia atrás para que yo tomara asiento.
Aún no me acostumbro a este tipo de trato…
-Vaya… Da gusto saber que todavía hay gente que se dedica ayudar a los demás.
-A mi también me gusta ese tipo de gente. Yo de hecho, cuando era pequeño quería ser algo útil. Si te soy sincero yo no quería ser actor ni nada por el estilo. Yo quería ser bombero, policía, guardabosques... Aunque claro… También quería ser superhéroe…
Iba a coger una tostada pero me quedé perpleja a mitad de camino al oír eso. Me comencé a reír un montón.
¿Cómo?
¿guardabosques, bombero o policía? Esto me estaba superando… ¿Un rico quería algo así?
-Tiene que ser broma, ¿no?-le dije sin disimular el que no me lo creía.
-Qué va. A mi me gustan esas profesiones, son sacrificadas, si lo sé. Fui en esta casa el que quería desentonar del resto... Te puedo asegurar que no es lo que se espera del hijo de un multimillonario y de una de las modelos más importantes de la historia de la moda. Por lo menos, en el mundo que me muevo no está bien visto. Y yo a los que conozco, les gusta mucho hablar y también las apariencias... Creo que por eso mi madre se fue de aquí.
Por unos momentos dudé si preguntarle los motivos de porqué su madre había acabado en una ciudad tan pequeña teniendo una casa así, pero… ¿no sería mejor averiguar cosas de él? ¿Cuántas oportunidades tendría así?
-¿A ti no te gusta tu carrera? Es envidiable, o bueno… me lo puedo suponer.
-Si. No me imagino una vida sin lo que he conseguido hasta ahora, pero hay cosas que el dinero no te da, al igual que la fama… Tiene sus cosas buenas y cosas malas. A veces necesitas hacer cosas por los demás y sentirse útil. Te puedo asegurar que no me voy a quejar, que la vida me a dado muchas ventajas y que vivo de manera envidiable. A veces me gustaría sentirme mucho mas útil que ser un producto o una imagen… Hace que a veces me sienta perdido… pero es mi trabajo.
Veía que era sincero.
¿Se sentía perdido?
¿Quién me iba a decir que David Mosley hubiera tenido nunca inquietudes a la hora de trabajar?
-Vaya, me has quedado perpleja. No me había parado a pensar que tuvieras ese tipo de cosas en mente…
-Cuando naces con la vida resuelta te da más tiempo a pensar más. Tampoco te creas que a mi padre no le costó asimilar que fuera actor o modelo, pudiendo trabajar en un gran despacho con él. Eso es lo que él esperaba.
-¿No querías estudiar? ¿Algo en contra de los despachos?
-A mi la verdad es que me han expulsado de unos cuantos internados. Digamos que no soy el hijo perfecto y mucho menos el estudiante perfecto… Sin embargo supe barajar posibilidades y mírame. He tenido suerte de que se me diera bien el teatro, porque tiene que ser asqueroso pasarse toda la vida dentro de un despacho siendo el hijo del jefe…
En verdad yo no me he parado pensar mucho en los demás.
Mi trabajo consiste en que la gente disfrute viajando. Pero bueno, al fin y al cabo es lo que me gusta. Aunque es necesario encontrar la felicidad para uno mismo, es también gratificante sentirse feliz haciendo feliz a los demás.
El dinero no lo es todo, pero ayuda mucho…¡Y tanto que ayuda!
Cómo se nota que este no ha tenido que hacer cosas como yo para tener más dinero…
-Creo que en realidad no sé nada de tu padre, ahora que lo mencionaste...
Dio un resoplido como si no supiera que decirme de él.
Creo que por la cara que puso, no sabía decirme nada bueno de él.
martes, 9 de noviembre de 2010
72. Otra versión de mí misma.
¡Pobre David!
Me voy a rendir…¡Tengo qué hacer algo!
MALDITO MANDO.
Miro la cama y veo como David empieza a quejarse.
Se empieza a enrollar la almohada en la cabeza.
Yo aun sigo con el maldito mando este en la mano sin saber qué hacer.
Las persianas se han subido del todo.
De repente distingo un botón de volumen… ¡Por fin! Lo bajo al máximo.
¡Qué cagada acabo de hacer!
Ya paso de intentar bajar las persianas.
¡Qué vergüenza!
¿Y cómo le miro yo ahora a David a la cara después de esta manera de despertarle?
Me empecé a poner muy roja.
Miro la cama de reojo.
Intento no moverme mucho… ¿El motivo? Ni idea. Solo sigo mi instinto.
David está aun con la almohada enrollada en la cabeza bocabajo.
¿Qué hago?
Pues intento huir…
Doy tres pasos largos y silenciosos de puntillas.
Cruzo los dedos.
Qué no me mire…
Qué no me mire…
Qué no me mire…
Vuelvo a mirar la cama y veo como me está mirando tumbado en la cama, con cara de recién levantado, un poco de mal humor e intentando saber qué hacía intentando huir.
¡Me ha catado de lleno!
Al ver él la mi cara de fastidio sonrió.
-Buenos días.-dije en un pequeño susurro, con una sonrisita falsa y saludando con la mano.
-Si pretendías devolverme el susto de anoche, te puedo asegurar que lo has conseguido...-dijo con la voz toda ronca a la vez que se estiraba.
-Enserio, yo no quería despertarte… y menos así.-Dije con mi vocecilla de dar pena.-Es que pisé el mando porque no veía nada…
-No te preocupes y deja de intentar darme la pena. Aquí la víctima soy yo. -me interrumpió en un tono guasón.
-Voy a salir y no te molesto más.-dije solo pensando en salir a correr y morirme de la vergüenza en cualquier otro lugar.
-No molestas.-Dijo a la vez que se levantaba de la cama.
Él estaba en calzoncillos.
¡Ay mi madre!
Por unos momentos creía que se me caería la baba o se me saldrían los ojos de las órbitas.
Miré para otro lado, no quería quedarme mirándole y parecer una mongola.
Vi entonces la cámara de fotos, era la excusa perfecta para no mirarle.
Tenía que salir escopetada de allí…
¡Ya!
-Voy a arreglarme…¡y eso!.-Dije deprisa a la vez que cogía la cámara y me dirigía hacia la puerta.
-¡Dame un toque cuando estés lista!.
-Vale.
Salí de allí como alma que lleva el diablo.
Sin darme la vuelta ni nada. No quería mirar atrás.
¡Pero qué pelos tengo que tener!
¡Y qué careto!
Por fin conseguí llegar a mi habitación y estaba totalmente intacta. De vuelta a mi “pequeño” espacio de la mansión de Barbie Clara…
Por allí estaban la maletas.
El portátil aun estaba encima de la cama. Lo encendí.
Busqué el cable de la cámara para pasar las fotos al ordenador. Terminaron de pasarse enseguida.
Me metí en el correo.
No se me debía olvidar lo que le había dicho a Clara de que tenía que enviarle fotos.
Escribí el mensaje una y otra vez porque parecía no encontrar nunca la frase correcta. Sabía que este no era perfecto pero bastaría.
Me va a hacer falta unos cuantos días para descubrir esta casa, que es preciosa y muy grande. También me va a costar aprenderme los botones de toda la casa. Por ahora todo genial. Muchísimas gracias por toooooodo lo que hay dentro del armario. Y por tener un hijo tan simpático.
Adjunto al mensaje le añadí una foto de David y mía, haciendo el tonto y sacando la lengua.
No me olvidé de Lucía, a la que le envié una foto de David en la habitación tomándose el batido.
Salía mirando a la cámara con una sonrisa perfecta.
No quería asimilar que me había quedado mirando esa foto durante más de cinco minutos antes de enviarla…
Y luego le envié una foto mía hablando por el móvil, en la cual se veía la habitación y las vistas que había desde mi habitación.
Con el siguiente texto adjunto a las fotos:
¿Qué me dices a esto?
No quería tardar más de la cuenta, por lo que enseguida apagué el portátil. Ahora tocaba arreglarse.
Entré en el cuarto de baño localicé todo lo que necesitaba para asearme y más. No pararía de descubrir cosas nuevas una y otra vez.
Con todas las cosas que tenía, podía tardar si quería toda un día arreglándome.
Después me fui al armario.
Que miedito me daba volver a ese sitio que no parecía tener fondo ni fin…
Encontré la libreta de pelos y empecé a buscar los números correspondientes. Lo iba alucinando poco a poco cuando me encontraba con esos zapatos tan bonitos que me tenía que poner, con los collares o los pendientes.
Me pasó lo mismo con los vestidos de todo tipo.
Me aplicaré eso de que para estar guapa hay que sufrir. Es lo típico que se dice para convencerse una a si misma cada vez que vas a salir…
Con lo poco que a mí me gusta complicarme…
Cuando tuve la mayoría de las cosas las coloqué encima de la cama.
Creo que era algo que nunca me hubiera puesto… ¿Era enserio? Tragué saliva.
Demasiado escote, falda muy corta, colores muy llamativos, mucho tacón, muchos complementos, muy... ¡No sé!
Me voy a sentir como disfrazada. La versión más porno de mí misma.
Pero no podía decir que no. Mejor no lo pensaría. Me metería en mi nuevo papel.
Al ver los colores enseguida supe como me tenía que maquillar. Era algo que no me hacía especial ilusión, pero sabía que era algo esencial.
Cuando por fin terminé de vestirme como Charles quería, me miré en uno de los grandes espejos que tenía en el armario.
Era una suerte el no parecer yo, a la vez que sigo siendo yo.
Era como mirar a una total desconocida que parecía totalmente rendida…¿a la moda?.
Me sentía como alguien aficcionada a llamar la atención por no tener otra cosa más que ofrecer que su cuerpo para ser el centro de miradas.
Mirarme a mí misma era como escuchar el mejor chiste. Me miraba y me reía como una loca cada dos por tres.
Me hice unas cuantas fotos intentando parecer seria.
¡Lucía lo va a flipar!
¡Yo lo estoy flipando!
¡La del espejo no soy yo!
Volví al portátil y les envié la foto a Clara y a Lucía.
Practiqué un poco por la habitación andando con esos zapatos.
El momento crítico fue el bolso…
¿Y este bolso con tamaño enano de paquete de tabaco? ¿Debe ser una broma? Muy bonito pero…¡Pero si me cabe el móvil de milagro!
Me colgué el abrigo en un brazo y el bolso con el otro.
Le di el toque a David.
¿Dónde me llevará?
¿A dónde iremos?
Me puse nerviosa y todo.
Oí en la puerta unos cuantos golpes…
-¿Puedo pasar?-dijo él al otro lado.
Continuará...
Me voy a rendir…¡Tengo qué hacer algo!
MALDITO MANDO.
Miro la cama y veo como David empieza a quejarse.
Se empieza a enrollar la almohada en la cabeza.
Yo aun sigo con el maldito mando este en la mano sin saber qué hacer.
Las persianas se han subido del todo.
De repente distingo un botón de volumen… ¡Por fin! Lo bajo al máximo.
¡Qué cagada acabo de hacer!
Ya paso de intentar bajar las persianas.
¡Qué vergüenza!
¿Y cómo le miro yo ahora a David a la cara después de esta manera de despertarle?
Me empecé a poner muy roja.
Miro la cama de reojo.
Intento no moverme mucho… ¿El motivo? Ni idea. Solo sigo mi instinto.
David está aun con la almohada enrollada en la cabeza bocabajo.
¿Qué hago?
Pues intento huir…
Doy tres pasos largos y silenciosos de puntillas.
Cruzo los dedos.
Qué no me mire…
Qué no me mire…
Qué no me mire…
Vuelvo a mirar la cama y veo como me está mirando tumbado en la cama, con cara de recién levantado, un poco de mal humor e intentando saber qué hacía intentando huir.
¡Me ha catado de lleno!
Al ver él la mi cara de fastidio sonrió.
-Buenos días.-dije en un pequeño susurro, con una sonrisita falsa y saludando con la mano.
-Si pretendías devolverme el susto de anoche, te puedo asegurar que lo has conseguido...-dijo con la voz toda ronca a la vez que se estiraba.
-Enserio, yo no quería despertarte… y menos así.-Dije con mi vocecilla de dar pena.-Es que pisé el mando porque no veía nada…
-No te preocupes y deja de intentar darme la pena. Aquí la víctima soy yo. -me interrumpió en un tono guasón.
-Voy a salir y no te molesto más.-dije solo pensando en salir a correr y morirme de la vergüenza en cualquier otro lugar.
-No molestas.-Dijo a la vez que se levantaba de la cama.
Él estaba en calzoncillos.
¡Ay mi madre!
Por unos momentos creía que se me caería la baba o se me saldrían los ojos de las órbitas.
Miré para otro lado, no quería quedarme mirándole y parecer una mongola.
Vi entonces la cámara de fotos, era la excusa perfecta para no mirarle.
Tenía que salir escopetada de allí…
¡Ya!
-Voy a arreglarme…¡y eso!.-Dije deprisa a la vez que cogía la cámara y me dirigía hacia la puerta.
-¡Dame un toque cuando estés lista!.
-Vale.
Salí de allí como alma que lleva el diablo.
Sin darme la vuelta ni nada. No quería mirar atrás.
¡Pero qué pelos tengo que tener!
¡Y qué careto!
Por fin conseguí llegar a mi habitación y estaba totalmente intacta. De vuelta a mi “pequeño” espacio de la mansión de Barbie Clara…
Por allí estaban la maletas.
El portátil aun estaba encima de la cama. Lo encendí.
Busqué el cable de la cámara para pasar las fotos al ordenador. Terminaron de pasarse enseguida.
Me metí en el correo.
No se me debía olvidar lo que le había dicho a Clara de que tenía que enviarle fotos.
Escribí el mensaje una y otra vez porque parecía no encontrar nunca la frase correcta. Sabía que este no era perfecto pero bastaría.
Me va a hacer falta unos cuantos días para descubrir esta casa, que es preciosa y muy grande. También me va a costar aprenderme los botones de toda la casa. Por ahora todo genial. Muchísimas gracias por toooooodo lo que hay dentro del armario. Y por tener un hijo tan simpático.
Adjunto al mensaje le añadí una foto de David y mía, haciendo el tonto y sacando la lengua.
No me olvidé de Lucía, a la que le envié una foto de David en la habitación tomándose el batido.
Salía mirando a la cámara con una sonrisa perfecta.
No quería asimilar que me había quedado mirando esa foto durante más de cinco minutos antes de enviarla…
Y luego le envié una foto mía hablando por el móvil, en la cual se veía la habitación y las vistas que había desde mi habitación.
Con el siguiente texto adjunto a las fotos:
¿Qué me dices a esto?
No quería tardar más de la cuenta, por lo que enseguida apagué el portátil. Ahora tocaba arreglarse.
Entré en el cuarto de baño localicé todo lo que necesitaba para asearme y más. No pararía de descubrir cosas nuevas una y otra vez.
Con todas las cosas que tenía, podía tardar si quería toda un día arreglándome.
Después me fui al armario.
Que miedito me daba volver a ese sitio que no parecía tener fondo ni fin…
Encontré la libreta de pelos y empecé a buscar los números correspondientes. Lo iba alucinando poco a poco cuando me encontraba con esos zapatos tan bonitos que me tenía que poner, con los collares o los pendientes.
Me pasó lo mismo con los vestidos de todo tipo.
Me aplicaré eso de que para estar guapa hay que sufrir. Es lo típico que se dice para convencerse una a si misma cada vez que vas a salir…
Con lo poco que a mí me gusta complicarme…
Cuando tuve la mayoría de las cosas las coloqué encima de la cama.
Creo que era algo que nunca me hubiera puesto… ¿Era enserio? Tragué saliva.
Demasiado escote, falda muy corta, colores muy llamativos, mucho tacón, muchos complementos, muy... ¡No sé!
Me voy a sentir como disfrazada. La versión más porno de mí misma.
Pero no podía decir que no. Mejor no lo pensaría. Me metería en mi nuevo papel.
Al ver los colores enseguida supe como me tenía que maquillar. Era algo que no me hacía especial ilusión, pero sabía que era algo esencial.
Cuando por fin terminé de vestirme como Charles quería, me miré en uno de los grandes espejos que tenía en el armario.
Era una suerte el no parecer yo, a la vez que sigo siendo yo.
Era como mirar a una total desconocida que parecía totalmente rendida…¿a la moda?.
Me sentía como alguien aficcionada a llamar la atención por no tener otra cosa más que ofrecer que su cuerpo para ser el centro de miradas.
Mirarme a mí misma era como escuchar el mejor chiste. Me miraba y me reía como una loca cada dos por tres.
Me hice unas cuantas fotos intentando parecer seria.
¡Lucía lo va a flipar!
¡Yo lo estoy flipando!
¡La del espejo no soy yo!
Volví al portátil y les envié la foto a Clara y a Lucía.
Practiqué un poco por la habitación andando con esos zapatos.
El momento crítico fue el bolso…
¿Y este bolso con tamaño enano de paquete de tabaco? ¿Debe ser una broma? Muy bonito pero…¡Pero si me cabe el móvil de milagro!
Me colgué el abrigo en un brazo y el bolso con el otro.
Le di el toque a David.
¿Dónde me llevará?
¿A dónde iremos?
Me puse nerviosa y todo.
Oí en la puerta unos cuantos golpes…
-¿Puedo pasar?-dijo él al otro lado.
Continuará...
sábado, 6 de noviembre de 2010
Materialismo vs Culturalismo... ¿El huevo o la gallina?
Muy a mi pesar vais a tener que disculpar mi ausencia durante un tiempo por motivos personales y por falta de tiempo.
Estaré deseando publicar el mejunje de la historia de Carmen, pero escribir ahora mismo requiere un tiempo del que no dispongo.
Hay que ser objetivo y saber elegir prioridades.
Hoy quería plantearos la siguiente cuestión...
El otro día estaba en mitad de un debate del que era imposible aclararse.
Dos posturas diferentes y válidas hicieron que mi cerebro se exprimiera tal cual limón...
MATERIALISMO VS CULTURALISMO.
El culto a la belleza ha sido creado por las empresas para que sea demandado por la sociedad....
o
La sociedad ha creado que las empresas tengan que cubrir esa demanda del culto a la belleza...
¿Qué fue antes... el huevo o la gallina?
Y ya que estoy por estrujarme el cerebro...
¿Qué imagen nos da la publicidad de hacernos mayores?
¿Porqué la publicidad solo nos enseña que las personas mayores: tienen pérdida de orina, tienen problemas auditivos, necesitan calcio para los huesos, no ven bien, se les caen los dientes, les molesta la dentadura, arrugas por todos lados, etc. ?
¡¡Yo conozco personas de 50 con más vitalidad que cualquiera de 25!!!
Ahí os lo dejo...
Feliz día :)
Estaré deseando publicar el mejunje de la historia de Carmen, pero escribir ahora mismo requiere un tiempo del que no dispongo.
Hay que ser objetivo y saber elegir prioridades.
Hoy quería plantearos la siguiente cuestión...
El otro día estaba en mitad de un debate del que era imposible aclararse.
Dos posturas diferentes y válidas hicieron que mi cerebro se exprimiera tal cual limón...
MATERIALISMO VS CULTURALISMO.
El culto a la belleza ha sido creado por las empresas para que sea demandado por la sociedad....
o
La sociedad ha creado que las empresas tengan que cubrir esa demanda del culto a la belleza...
¿Qué fue antes... el huevo o la gallina?
Y ya que estoy por estrujarme el cerebro...
¿Qué imagen nos da la publicidad de hacernos mayores?
¿Porqué la publicidad solo nos enseña que las personas mayores: tienen pérdida de orina, tienen problemas auditivos, necesitan calcio para los huesos, no ven bien, se les caen los dientes, les molesta la dentadura, arrugas por todos lados, etc. ?
¡¡Yo conozco personas de 50 con más vitalidad que cualquiera de 25!!!
Ahí os lo dejo...
Feliz día :)
lunes, 1 de noviembre de 2010
71. ¿Cuál es el botón para QUE PARE ESTE SUFRIMIENTO?
Empecé a ser consciente de que estaba en la cama.
Era una extraña sensación... No me quería mover pero me había desvelado.
No quería abrir los ojos.
No estoy segura ni de donde estoy.
Tampoco me preocupa….solo sé que esa cama es superior.
Estaba arropada y calentita.
La almohada era mullida, ni muy alta ni muy baja.
¿Qué había soñado? ¿Algo de un viaje? ¿conocía a alguien?
… Fue fantástico mientras duró…
¡Qué tonterías piensas mientras uno sueña!
Increíble.
Lo peor es cuando piensas que es verdad y te llevas la gran decepción.
Plan: ¡Zas, en toda la boca!
Moví un poco el brazo.
Sin duda esas sábanas eran de seda… No. No estoy en mi casa… ¿Dónde estoy?
No se oía ni un ruido.
Olía a tabaco.
Me sentía bien y descansada.
Estaba dispuesta a levantarme y averiguar donde estoy.
Me di cuenta que me encontraba casi al borde de la cama.Verás como me voy a caer.
¿Qué hago? Dí una vuelta entera al lado contrario.
¿Porqué las sábanas huelen tan bien? ¡Es un olor adictivo!
Que grande la cama… Abrí el ojo derecho. Todo estaba a oscuras. Lo volví a cerrar. No se ve un carajo.
Entonces oí otra respiración. Me asusté.
O_O
Me quedé muy quieta.
Espera… No era un sueño.
Se me encendió una bombillita cuando me acordé de quien era mi acompañante de cama. Ni más ni menos que David Mosley.
¿Lo más raro? Saber que más de una hubiera matado por estar en mi lugar.
Era el chico de moda aquí y en todos lados.
¿Cuál era mi impresión de él?
Era guapo, encantador hiperactivo, simpático, culto, impaciente y rico... Si. Rico.
Es evidente… Por mucho que quiera el dinero nunca pasa desapercibido para nadie.
Su madre ha sido mi “hada madrina“.
Por mucho que quiera no me puedo quedar aquí para siempre.
Este no es mi lugar…creo que me gustan las cosas más sencillitas.
Cada vez que pienso en él… Quiero que se repitan noches como la de ayer.
Quizás eso no depende de mí. Depende más de él que de mí.
Solo oírle respirar…
Un escalofrío.
Pelos de punta.
Me encantaría poder volver a acariciarlo…
Ufff…
Es una sensación extraña. Podría decir que es como haber estado dos días en el desierto y ahora ponerme delante de un río… Todo demasiado bueno para ser verdad. No se si en realidad es un espejismo.
No me tengo que comer más la cabeza. Debo de disfrutar. Quizá incluso no pensar tanto. Gracias a no meditar mucho mira donde estoy… Tan agusto en la cama del hijo de Clara.
Si lo pasé mal con Alberto fue por comerme el tarro tantas veces el daño que me haría estar sin él. Adelantarme a lo que sufriría sin él.
Resulta que ahora tengo ganas de levantarme y me encuentro totalmente desorientada. ¡Mierda!
Tampoco quiero despertarle a él.
¿Misión imposible?
Lentamente me fui incorporando. Me estiré lo mas cuidadamente posible. Quité las sábanas léntamente. Asomé el pie para encontrar el suelo.
Voy a levantarme. Apoyo los dos pies.
Me pongo a buscar como puedo a cuatro patas por el suelo las zapatillas de estar por casa.
No veo una mierda.
Avanzo un poco.
Rodeo el perímetro de la cama a gatas.
¡Por fin encuentro una zapatilla!
Voy a sentarme en el suelo para ponérmela.
¡Ay! Casi me siento en la cámara de fotos.
Encuentro la otra zapatilla.
Me levanto muy despacito. Doy un paso. ¡He pisado algo¡¡Suena algo¡ Miro a todos lados.
¡Mierda, se están abriendo las persianas¡
¡Mierda, he pisado un mando¡
Me agacho enseguida, cojo en mando. Empiezo a oir un quejido de David.
¡Qué cagada!
Miro el mando todo lleno de números…¡las persianas no dejan de subir entrando mucha luz! ¿Qué hago? Le doy al primer número que veo.
Jodeeeeeeeeeeeeeeer…
¡Qué me da algo aquí mismo!
¡Qué le acabo de dar a la música que está mogollón de alta!
¿CUÁL ES EL BOTÓN PARA QUE PARE ESTE SUFRIMIENTO?
:O
Era una extraña sensación... No me quería mover pero me había desvelado.
No quería abrir los ojos.
No estoy segura ni de donde estoy.
Tampoco me preocupa….solo sé que esa cama es superior.
Estaba arropada y calentita.
La almohada era mullida, ni muy alta ni muy baja.
¿Qué había soñado? ¿Algo de un viaje? ¿conocía a alguien?
… Fue fantástico mientras duró…
¡Qué tonterías piensas mientras uno sueña!
Increíble.
Lo peor es cuando piensas que es verdad y te llevas la gran decepción.
Plan: ¡Zas, en toda la boca!
Moví un poco el brazo.
Sin duda esas sábanas eran de seda… No. No estoy en mi casa… ¿Dónde estoy?
No se oía ni un ruido.
Olía a tabaco.
Me sentía bien y descansada.
Estaba dispuesta a levantarme y averiguar donde estoy.
Me di cuenta que me encontraba casi al borde de la cama.Verás como me voy a caer.
¿Qué hago? Dí una vuelta entera al lado contrario.
¿Porqué las sábanas huelen tan bien? ¡Es un olor adictivo!
Que grande la cama… Abrí el ojo derecho. Todo estaba a oscuras. Lo volví a cerrar. No se ve un carajo.
Entonces oí otra respiración. Me asusté.
O_O
Me quedé muy quieta.
Espera… No era un sueño.
Se me encendió una bombillita cuando me acordé de quien era mi acompañante de cama. Ni más ni menos que David Mosley.
¿Lo más raro? Saber que más de una hubiera matado por estar en mi lugar.
Era el chico de moda aquí y en todos lados.
¿Cuál era mi impresión de él?
Era guapo, encantador hiperactivo, simpático, culto, impaciente y rico... Si. Rico.
Es evidente… Por mucho que quiera el dinero nunca pasa desapercibido para nadie.
Su madre ha sido mi “hada madrina“.
Por mucho que quiera no me puedo quedar aquí para siempre.
Este no es mi lugar…creo que me gustan las cosas más sencillitas.
Cada vez que pienso en él… Quiero que se repitan noches como la de ayer.
Quizás eso no depende de mí. Depende más de él que de mí.
Solo oírle respirar…
Un escalofrío.
Pelos de punta.
Me encantaría poder volver a acariciarlo…
Ufff…
Es una sensación extraña. Podría decir que es como haber estado dos días en el desierto y ahora ponerme delante de un río… Todo demasiado bueno para ser verdad. No se si en realidad es un espejismo.
No me tengo que comer más la cabeza. Debo de disfrutar. Quizá incluso no pensar tanto. Gracias a no meditar mucho mira donde estoy… Tan agusto en la cama del hijo de Clara.
Si lo pasé mal con Alberto fue por comerme el tarro tantas veces el daño que me haría estar sin él. Adelantarme a lo que sufriría sin él.
Resulta que ahora tengo ganas de levantarme y me encuentro totalmente desorientada. ¡Mierda!
Tampoco quiero despertarle a él.
¿Misión imposible?
Lentamente me fui incorporando. Me estiré lo mas cuidadamente posible. Quité las sábanas léntamente. Asomé el pie para encontrar el suelo.
Voy a levantarme. Apoyo los dos pies.
Me pongo a buscar como puedo a cuatro patas por el suelo las zapatillas de estar por casa.
No veo una mierda.
Avanzo un poco.
Rodeo el perímetro de la cama a gatas.
¡Por fin encuentro una zapatilla!
Voy a sentarme en el suelo para ponérmela.
¡Ay! Casi me siento en la cámara de fotos.
Encuentro la otra zapatilla.
Me levanto muy despacito. Doy un paso. ¡He pisado algo¡¡Suena algo¡ Miro a todos lados.
¡Mierda, se están abriendo las persianas¡
¡Mierda, he pisado un mando¡
Me agacho enseguida, cojo en mando. Empiezo a oir un quejido de David.
¡Qué cagada!
Miro el mando todo lleno de números…¡las persianas no dejan de subir entrando mucha luz! ¿Qué hago? Le doy al primer número que veo.
Jodeeeeeeeeeeeeeeer…
¡Qué me da algo aquí mismo!
¡Qué le acabo de dar a la música que está mogollón de alta!
¿CUÁL ES EL BOTÓN PARA QUE PARE ESTE SUFRIMIENTO?
:O
Suscribirse a:
Entradas (Atom)