-¿Se puede saber que te pasa, que estas llorando? Mery…
-Resulta que el chico con el que me lié tiene novia. Para colmo conozco a su novia y lo supe por el Facebook de ella… Había fotos de ayer mismo de ellos juntos. -rompió a llorar.
¿Por qué a Mery siempre le pasan estas cosas?
-Cariño... No estés mal… Total no hay hombres en el mundo… Y te has topado con un cabrón.
Eso fue lo único que se me ocurrió.
Digo eso porque es lo que se suele decir.
Hay muchos hombres…
Y mucho gilipollas suelto.
Yo no era la más adecuada en consolarla y menos en temas del amor.
Acababa de salir de eso y podía imaginarme por lo que estaría pasando Mery, aunque no hay ni comparación a varias citas que varios años…
En realidad si Mery se hubiera preocupado en saber un poco más de él quizás ahora esto no pasaría.
O si por lo menos no se hubiera hecho ilusiones antes de tiempo…
-Tú no te preocupes, Carmen. Si es que soy tonta. Solo que por una vez me hice ilusiones de verdad y ha vuelto a salir mal... -se sonó los mocos y pareció parar de llorar.- Tú no te preocupes. Ya bastante tienes tú… ¿para que me has llamado?
-¿Tienes tiempo o crees que es un mal momento?
-Sabes que si lo tengo y sobre todo para ti, que tú si que me importas y no me has fallado.
-Pues veras que cantidad de cosas que me han pasado…
Nos quedamos hablando durante tanto tiempo que perdí la noción del él.
Conseguí que se olvidara del idiota ese.
Oírla reír y gritar de emoción como Lucía me hacía sentirme aún más feliz.
Le encomendé que vigilara la fiesta de Lucía.
No quiero más fiestas con orgías en los cuartos de baño.
Llegó la hora de cenar y tuvimos que colgar.
Tenía miedo a que la oreja me acabara ardiendo por culpa del auricular.
El móvil estaba caliente.
Mery estaba al igual que los demás muy contenta de que por fin consiguiera salir de mi rutina.
Al igual que a mí le costaba creer que fuera todo en tan poco tiempo.
En parte tengo que reconocer que me da un miedo terrible el no saber que me espera.
No sé a quien me encontraré o conoceré.
No sé tampoco muy bien ni a donde voy ni cual es mi misión, pero es lo que necesito. También me da muchísima pena el dejar aquí a mis amigos y todo lo que yo conozco.
Solo sé que tengo una pequeña ventaja, no se me da mal tampoco el hacer nuevas amistades.
Recuerdo uno de los festivales de rock en especial.
Me perdí de todo el grupo que iba, estaba mi grupo favorito y estaba en primera fila.
No me lo podía perder por encontrarles, ya lo haría luego.
Allí había más fans de ellos y me hice amiga de un grupo de punkis gallegos.
Aún somos amigos y mantenemos el contacto.
Me gusta muchísimo conocer gente nueva.
Puede que esté un poco loca por juntarme con desconocidos yo sola.
Pero en una de esas conocí a Jordi.
En otra de esas veces he conocido a Clara.
Creo que es intuición.
Era un buen momento para ir sacando las maletas e ir haciendo la lista de las cosas que me iba a llevar.
Cuando las saqué y las fui llenando no me lo podía creer…
Serían aquellas cosas que me llevaría para comenzar una nueva vida en un lugar diferente.
Solo iban a quedar unos poquitos días en Cáceres.
Cuatro días que se me harían eternos.
Me dije que lo mejor sería relajarse.
Cumplí mi promesa de no pensar más en ello.
Preparé la cena, me dí una ducha y a dormir.
No me gustó nada que fuera una rayo de sol en mi ojo lo que me despertara.
Sin embargo me encantaba la idea de que hiciera sol.
Me encantó levantarme a la hora que me diera la gana porque no tenía que ir a trabajar. Me levanté totalmente llena de energía.
Me hice un desayuno a lo grande, con bollería, zumo de naranja, leche, cereales…
Me había levantado de tan buen humor que me puse como una loca a bailar con la escoba mientras limpiaba mi habitación y escuchaba los delincuentes.
Cuando acabé de hacer mis tareas del hogar y me arreglé llame a Clara.
-Hola cariño. Estaba esperando que me llamaras. ¿Qué tal?-dijo ella muy animada.
-Muy bien, ¿y tú?-dije aún más animada.
-Perfectamente. Tienes que venir ya mismo que acaba de llegar un amigo mío que viene expresamente a verte a ti por tu nueva ropa.
-Ahora mismo voy.
La verdad es que me asusta un poco la idea de que ella se preocupe tanto en mí.
Creo que todo esto es por el trabajo que voy a tener.
No puedo dar una mala imagen viendo el tipo de clientes que se alojan en el hotel.
Si ella me ha recomendado ella esperará que tenga que dar la talla.
Cogí el abrigo y me lancé a buscar mi saxo.
Me costó un buen rato el encontrar aparcamiento luego subí a su casa.
Ella me abrió la puerta con su gran sonrisa y me cogió el abrigo.
Parecía ansiosa de verme.
Oí la voz de un hombre jóven que también se reía a carcajadas y una voz familiar.
Era la de Vanesa en el salón.
En cuanto me vieron los dos se pusieron de pie para saludarme.
¿De dónde ha salido este chico?
Mi adorada Elenanito
ResponderEliminar¿Cómo que hay mucho gilipollas suelto? ¡Solo hay uno y soy yo!
:-))
Sus textos mejoran día a día...
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Completo gilipollas: Te he contestado en tu blog,
ResponderEliminarpero te vuelvo a repetir como una cansina,
que si tu quieres nadie te quita el mérito a gilipollas¡¡
Por ahora eres mi favorito¡¡¡
Nunca pensé que iba a tener un gilipollas favorito¡¡
Me alegro de que te esté gustando :D
Hola, no puedo dejar de leer tu historia, la verdad que me tiene muy enganchada jejeje
ResponderEliminarpor cierto me encantan los delincuentes jejeje
besos