9. Empezamos bien el día....PUES VA A SER QUE NO

Pensando en todo eso cuando me quise dar cuenta me quedé dormida.
Al día siguiente…
Dejé anoche el bolso en la cocina y el móvil dentro del bolso.
El móvil siempre lo uso de despertador.
Mi madre no me había avisado y se creía que tenía el día libre.
Llegaba tarde al trabajo más de 20 minutos.
Me puse corriendo el uniforme. Lo hice como pude, ya se sabe eso de vísteme despacio, que tengo prisa.
Sin desayunar y casi sin mirarme en el espejo salí pitando de casa.
Mientras bajaba llamé a la agencia de viajes.
Por suerte nunca llego tarde a trabajar, por lo que mi compañera Marta me tranquilizó.
No me acordaba dónde había aparcado ayer el coche.

(Total no me he reído yo con esta película¡¡¡ El momento de los tatuajes... ME PARTÍA)


Me puse a buscar el Saxo y tras el minuto de empanamiento y de estrés que tenía encima me di cuenta que tenia que buscar un Golf.
Llegue allí y encontré aparcamiento rápido. Fue un pequeño milagro encontrar aparcamiento a esas horas.
Al acercarme a la puerta de la agencia vi que mi saxo estaba allí sin ningún bollo y perfectamente aparcado en la puerta .
Increíble…¿A qué hora habían arreglado el coche?
Supuse que cuando tienes dinero te tratan mas rápido y por eso estaba allí el coche.
No había ninguna otra explicación lógica.
Entre casi de cabeza de un tropezón y salude a mis compañeras de trabajo.
(Yo puedo hacer incluso un rankin de mis tropezones... xD)



Todas acabaron riéndose.
Soy muy patosa, pero no me avergüenzo de ello.
Por más que quisiera no me apetecía estar simpática con los demás. No me había levantado con buen pie esa mañana.
Directamente me senté en mi mesa y me puse a trabajar.
Tenía tantas cosas que hacer y tanto trabajo acumulado que no me había dado cuenta que llegó mi hora del descanso. Aún no había desayunado.

(A mí me están entrando unas ganas de ir a la cocina a comer algo ALUCINANTES¡¡ Creo que tengo bombones... ESPERARME¡¡... ALLÁ VOY¡¡)




Fui al bar de al lado a ver que se contaba mi amigo Jordi que es el camarero.
Entré y le busque con la mirada. Como no, allí estaba él charlando con un grupo de gente mayor y discutiendo sobre política… muy típico de él.
Ese tema mejor lo aparco en mi mente.
Ya tengo bastantes problemas yo sola como para preocuparme por los de un país entero.
La palabra crisis retumba por donde voy como un miembro más de las familias.
¿Quién ahora no ha oído la palabra crisis? La oigo tantas veces que me llego hasta asustar.
Por suerte yo no tengo ese problema.
Jordi vino de Barcelona a Cáceres cuando su padre murió cuando el tenía unos 16 años.
Tenía familia en Extremadura por lo que le pareció a su familia una buena opción de comenzar otra vez su vida en otro lugar que no les recordara a él.
Es bajito, rechoncho y con gafas y es una persona que te dan ganas de abrazar.
Pasar un día entero contándote chistes sin repetirse.
Es encantador.


(Es el mejor ejemplo que he encontrado. ¿No os habéis reido nunca con Flo?)




Nos conocimos de una manera…. ¿rara?
Él era mi vecino.
Nos aliamos para que la vecina de arriba que es sorda, dejara de poner la televisión pasadas las doce de la noche a todo volumen.
Lo gracioso era que era sorda y se quejaba cuando yo hacía fiestas en casa.
Él en vez de quejarse, un día bajó con una botella a unirse a la fiesta, sin más.
Nos acabábamos de quedar sin alcohol y le dejé pasar con toda la borrachera.
Me vuelvo muy sociable cada vez que bebo. Demasiado viendo que acabé invitando a desconocido así sin más, pero no me arrepiento.
Él siempre me recordaba que siempre hay un buen motivo para seguir luchando y conseguir lo que uno se propone.
Sin duda lo que mas me gusta de él es que pase lo que pase se que él me recibirá con una sonrisa de oreja a oreja y me trataría como una princesita.
Podéis pensar que él estaba enamorado de mí, pero en realidad las cosas no son así.
Él respira los vientos por la cocinera (muy típico) y lo más gracioso es que cada vez que la ve él se vuelve patosísimo.
Se le cae todo encima, se queda embobado o simplemente era él el que se caía y no podía evitarlo.
Lo llamamos el efecto tsunami.

(QUE MIEDO)


Ella no sabe nada, aunque él no haga nada por disimularlo.
A este paso dudo que nunca supiera nada, por que cada vez que Jordi se acerca ella puede acontecer cualquier catástrofe.
Él también se preocupa mucho por mí desde que dejé a Alberto.
No para de decirme lo delgada que me estoy quedando. Por eso todos los días como sabe que me gustan los churros me pone casi una bandeja para que coma más.
Es un amor y le quiero un montón.
-¡Carmencita!-dijo con una gran sonrisa y a voces en el bar.- ¿Qué quieres, un café con leche y churros?
-¡Hola! Por supuesto, lo de siempre.- dije acercándome a la barra- Hoy necesito reponer energías. ¿Qué tal tú con lo tuyo?.
Con eso me refería a lo de su historia con la cocinera.
Desde hace unos meses esa era la pregunta de las mañanas.
Comenzó a preparar el café y a servirme los churros.
-Pues como siempre… Peor que un tsunami cada vez que paso a su lado. Estoy a ver si la convenzo para que me acompañe al cine, pero ya sabes…-me dijo más bajito para no levantar sospechas fijándose en que nadie más pusiera la oreja.
Justo en ese momento ella salió de la cocina y mi café sufrió un "casi" vuelco delante de mí.
Por suerte estaba acostumbrada a esas reacciones de Jordi, por lo que mis reflejos salvaron la situación y el que yo acabara manchada de café.

(DIOS SANTO QUE ME LA LÍA )