6. ¿Los desconocidos son tan amables?

La conversación poco a poco se extendió.
Ella comenzó a preguntarme por mis zapatillas que llevaba y la cosa acabó desvariando hasta hablar de una exposición de el museo de las veletas y del aljibe.



(lo que guarda este museo en el interior, el aljibe árabe.)




Ella sabía perfectamente manejarse con el español.
Tenía a veces incluso esa terminación en -ino. Pronunciado por ella era mucho más gracioso aún.
Me producía gran curiosidad el mirar como se movía y como gesticulaba.
Ella era producto de unos modales que yo no había visto nunca.
Yo he estudiado protocolo y ella era “la protocolo” en persona: forma de cruzar las piernas, beber el té, comer, colocar la servilleta…
Encima lo hacía tan natural…
Esa mujer me estaba comiendo la curiosidad. ´
¿Cuántas personas conoces que sigan el protocolo sin ser forzado?
Sin duda ella era la primera que yo conocía.
A ella no le molestaba que yo la mirara con tanta curiosidad.
Quizás estuviera acostumbrada a ello. No lo sé.
Las dos parece que nos acordamos a la vez de lo de mi coche.
Ella se acercó con gran vitalidad a la mesa de madera que había al fondo de la sala y buscó los papeles del seguro.
Me levanté, me puse a su lado en la mesa y los comenzamos a rellenar.
-Vamos a hacer una cosa, he visto que tienes otro bollo que yo no te hice, pero tu ponlo que ya que estamos te arreglo el coche.
Me quedé con los ojos como platos.
¿Qué me piensa arreglar el coche?
Por muy tentador que fuera, yo no iba a quedarme eso en la conciencia de hacer pagar a otros por daños que no ha cometido. Más bien el daño que habían hecho los demás.
Ese bollo llevaba allí un año después de que mi vecina no quisiera reconocer que había sido ella la que había causado tal daño.
La pintura que quedó en el coche la delataba, pero por más que lo intenté ella pasó del mí.
Ya me vengué de ella.
El perro de Lucía se encargó de dejarle un regalo de “agradecimiento” en la puerta de una manera muy anónima durante varios días sin ser descubierto.

(Gracias, pequeñin¡¡ Como me mola ese bulldog francés)




Al ver mi cara me dijo en un tono mas tajante:
-No tengas miedo, hazlo. Es tú oportunidad de deshacerte de ese bollo totalmente gratis. -dijo imitando a un anuncio de televisión.

No estoy acostumbrada a que los desconocidos me traten tan bien. Ni si quiera los conocidos…

-Lo haré, pero no quiero que pienses que me estoy aprovechando.-Dije en un tono tímido.
-Desde luego si no lo aceptas, voy a pensar que eres poco inteligente.-dijo ella en tono más tajante y con los ojos un poco entrecerrados.
En realidad eso me molestó.
No iba a permitir que una de las personas por las que mas curiosidad había sentido nunca, pensara que yo era tonta o algo por el estilo.
Acepté.
-Si quieres deja aquí el coche. Mañana mismo lo tendrás arreglado y lo tendrás en la puerta del trabajo . Te dejo mientras tanto el golf que nunca lo uso ya.
Yo estaba flipando.
¿qué me hacía ella el papeleo y me dejaba un coche? ¿Un golf?

(MOOOOOLAAAAAA)



En definitiva todo me estaba pareciendo demasiado bueno para parecerme verdad.
-Bueno, aunque creo que son muchas molestias.-le dije.
-No es ninguna molestia, mujer.-Y me lanzó otra de esas sonrisas que me dejaban sonriendo.
Yo quiero ser como ella.
Ella es la mujer que ayuda a los demás sin esperar algo a cambio, la que es segura en si misma, elegante, afortunada,educada...
Le miré las manos y no parecía que llevara anillo de compromiso.
Ella me habló y volví al mundo real.
-¿Me puedes hacer un favorcillo de “modista”, si no es mucho pedir, para salir esta noche? Tengo una cita después y ahora no sé que ponerme.
Me esperaba cualquier cosa menos que esa mujer me pidiera consejo a mí. No pude evitar levantar una ceja.
-Por supuesto. Aunque yo no sé si soy la mas adecuada en esos temas...-Me miré de arribabajo.
¿Cómo esa mujer podía fiarse de mí y de mi criterio tal y como yo iba vestida?
-Tú no te preocupes por eso. Acompáñame al armario. -dijo ella ilusionada dando unas pequeñas palmadas de emoción.
Pocas veces me han pedido que acompañe a nadie al armario.
Hay una primera vez para todo.
La seguí saliendo de la habitación y salimos a otra sala donde había unas escaleras.
Yo me limitaba a seguirla.
Al subirlas descubrí el resto de su casa.
Era lujosa, grande, luminosa y espaciosa.
Todo lleno de última tecnología.

(Lo que son las casas domóticas. La casa de Clara es algo más o menos así.)



Decorada con un montón de fotografías, paisajes y de objetos extraños para mí.
Me sorprendí cuando caí en la cuenta de que me estaba llevando a su habitación.
¿Desde cuando entro yo en habitaciones de desconocidos?
Pues eso, hay una primera vez para todo.
Es desde el momento en que conocí a Clara Segovia Smith.





Doy la bienvenida a todos aquellos que se han decidido unir ahora a la historia de Carmen y muchas gracias a los que se preocupan en leerla de vez en cuando.
Sigo disculpandome por las faltas de ortografía.
A mí el principio no me gusta tanto como lo que viene a continuación... Yo os lo dejo caer...
Julia, los domingos yo descanso y Carmen tb (XD)
La pregunta q mas me repiten:
-¿Carmen es lesbiana?
-Te esperas y lo ves.


En mi cabeza solo está el: WOMAD WOMAD WOMAD
para algunos la época más patética de año y diréis xq...
No se q pasa q todo el mundo estos días saca su ropa hippie y warra pa disfrazarse.
Ese no es el espiritu del Womad.

World
Of
Music
And
Dance

Eso es lo que es el womad. DIVERSIDAD DE MUSICA Y CULTURAS¡¡
No una imagen piojosa con un tambor, perro pulgoso y kariokas¡¡

Tampoco el olor a porro que inunda la plaza¡¡
Yo cruzo los dedos para ver a los SKATALITES¡¡
Haré fotos y las subiré.

Que tengan un buen día y RECUERDEN QUE SONREÍR ES GRATIS Y PROLONGA LA VIDA.