Gracias por leerlo :D

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martes, 11 de mayo de 2010

13. No me lo quiero terminar de creer.

Creo que poco a poco el vino comenzó a hacer efecto.
Yo ya empezaba a notar como mis mejillas comenzaban a sonrojarse.
No podía parar de mirar la pulsera y pensar toda la historia que guardaba detrás de los años.
Era una de las pulseras favoritas de Alberto. Ahora no es el momento para pensar en él.
No me había confundido cuando Clara desde un primer momento llamó mi atención.
En realidad yo no era a la única que le llamaba la atención. Solo tenía que mirar unas horas antes atrás y ver como todos los de la agencia de viajes la miraban y la remiraban.
No sabía como, pero yo tenía que conseguir saber más de ella y de su vida.
Nunca pensé que me iba a encontrar con alguien tan magnífico y que tuviera detrás una gran historia llena de lujos, cenas, famosos y más.
Sabía que con ella nunca acabaría saciando mi curiosidad. De ella nunca me podría aburrir. Solo mirarla era gracioso. Ella y su perfecta feminidad.
Es que era ella a la persona a la que yo me quería parecer y ahí estaba yo en su casa, disfrutando de su compañía y ella de la mía.
Cuando llegó el momento del postre me contó algo que nunca tampoco hubiera imaginado.
Su primer marido la dejaba que siguiera actuando en su espectáculo. A ella no le gustaban los hombres celosos.
Por como me lo contaba ella, lo veía como alguien perfecto para ella.
Pero no, él no era perfecto.
Él tenía un gran problema con el juego y aún así eran felices.
Se casaron en secreto para no perder clientes.
Él apostaba grandes cantidades al póker todas las semanas.
El dinero comenzó a agotarse y él comenzó a endeudar y a endeudar…
Incluso perdió la propiedad del cabaret.
Aún así Clara seguía trabajando en él. Ella era la reina de la ciudad en ese tipo de espectáculo y no podían prescindir de ella.
Se mantenían con su sueldo.
Una noche en el que él se había escapado para ir a jugar hubo un tiroteo. Problemas de mafias.
Él recibió un balazo en el riñón y murió desangrado, irónicamente sobre todas aquellas fichas de dinero que había ganado en una buena racha.
Ella sufrió mucho. Solo tenía 19 años y ya era viuda.
Le costó salir adelante, pero asi lo hizo y pasados unos cuantos años encontró el amor de su vida. O por lo menos eso creía.
Sacó otra foto y me enseñó la foto del cabaret por fuera. Impresionante, de película.
Yo la escuchaba con fascinación cuando me di cuenta que tenía que irme a trabajar.
Era áun más impresionante como se me había pasado el tiempo volando
Me daba un montón de pena pensar que a partir de ese momento solo me quedarían siete días para disfrutar de su compañía.
Ni si quiera sabía si ella querría quedar otro día.
Bajé la cabeza pensando que ya iba a ser una de las últimas veces que la iba a ver.
Ella se dio cuenta de mi cara cuando miré el reloj.
-¿querrías mañana venir a comer? Quizás vas a pensar que soy una pesada. -me dijo ella.
-Si, estaría encantada. -dije con una gran sonrisa.
-Pues ya sabes donde estoy.-Siguió con una sonrisa-.Desde luego eres una chica encantadora, aunque seguro que te tengo que tener aburrida con tanta historia.
-Estarás de broma, me encanta escucharte.- De repente me ruboricé y ella soltó una sonrisita.
Recogí mis cosas, le agradecí la comida y le prometí que mañana llevaba yo el vino.
Ella hizo un gesto de molesta por que decía que no hacia falta para nada pero yo no le iba a hacer ni caso, era lo mínimo que podía hacer.
Lo último que me dijo al despedirse fue que cuidara la pulsera.
Me puse a trabajar y en cuanto acabé ( intentando no liarla por culpa del puntillo que llevaba del vino), decidí ir a comprar el vino.
Por suerte las del trabajo dieron por hecho que yo no les iba a decir nada de Clara.
El jefe me preguntó, pero mi cara fue muy clara respecto a ese asunto.
Era parte de mi vida personal y a ellos no les tenía que contar nada.
Menuda panda que se quiere enterar de todo.
No sabía muy bien nada sobre vinos, pero el vendedor de la tienda era amigo de mi padre y fue muy amable conmigo.
También me acorde de llamar a mi hermana, la cual me decía que estaba liadísima por culpa del fontanero que no aparecía y me colgó rapidísimo.
Cuando llegue a casa, me conecte al tuenti y comencé a hablar con mis amigos.
De todas las conversaciones la única que merecía la pena era la de Lucía.
Me contó los modelitos que se había comprado.
El chico con el que Mery se había liado, la había vuelto a invitar a salir.
Aún no le conté lo de Clara y aún no quería contárselo a nadie.
Me daba miedo darle más importancia al tema de lo que tenía.
La convencí para irnos a tomar unas cañas y volvimos a casa temprano en mi Saxo que estaba reluciente.
Lo que me sorprendió fue que el coche estaba aspirado y le habían comprado un gracioso ambientador de limón.
Caí rendida en la cama con la pregunta de que iba a hacer con mi vida cuando Clara se hubiera ido y me quedara sin nada mas interesante que hacer en mis horas libres; cuando todo volviera a la normalidad y a la mierda de siempre.
Era una situación angustiante...
Si, es angustiante todo el tiempo.
¿Qué pasaría cuando ella se hubiera ido?
¿Ella es lo que estoy esperando?
¿Le estoy dando más importancia de la que tiene?
Ahora daría igual mientras supiera que mañana la volvería a ver.
Vivir el presente y no el futuro… Esa es la solución para evitar esa incertidumbre que me come.

2 comentarios:

  1. Es que siempre siempre... hay que vivir el presente!!!

    Besosssssssssssssssssss

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  2. De verdad que la historia me tiene enganchadisima . Animo.

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