Gracias por leerlo :D

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miércoles, 19 de mayo de 2010

21. Asumiré las consecuencias.

Comencé por recordarle a Lucía lo de mi coche.
A ella también le había parecido raro que el coche se arreglara con tanta rapidez, pero no le había dado importancia.
Les conté todo relacionado con la sexóloga incluyendo lo que había pasado con Jordi esa misma tarde en el bar y por último les conté mi plan de irme fuera.
Las dos me miraban alucinadas.
No se explicaban aún porqué no les había contado nada antes.
Yo tampoco podía responderles con certeza a esa pregunta que veía reflejada en sus caras.
Quizás sería por la parte de mí que aún se encuentra asustada y no sabe que hacer.
Tampoco sé que me espera.
Vi poco a poco como iban cambiando sus caras y llegó el momento de las temidas preguntas.
-¿Era esa mujer lo que estabas esperando a conocer?-Me dijo Mery con la mandíbula casi desencajada.
Ella ahora estaba un poco asustada de mí.
Ella se rió por lo bajo hace tiempo cuando le conté que yo tenía la sensación de que algo muy gordo me estaba por pasar y que dentro de mis planes no incluía a Alberto.
Ahora soy yo la que quizás se podría reír de ella.
-Por lo que se ve si.- dije yo con la misma cara de susto y asombro.-Solo que aún no sé que tiene preparado para mí. Hoy con lo de Jordi me a demostrado algo más de ella y creo que ella tiene fe en mí, al igual que yo tengo fe en ella.
Las tres nos miramos calladas.
Ellas no sabían que decirme.
Yo ya les había contado todo lo que podía contar.
Tenían mucha información que asimilar.
Yo no sé cómo me hubiera quedado si de buenas a primeras me llegara Lucía y me contara que había conocido a una Sexóloga, que había sido cabaretera en París, que yo tenía su pulsera, que me había abollado y arreglado el coche y así una lista interminable de cosas; y que al confesarle lo que me pasaba, dijera que ella creía que me podía ayudar.
No me había dejado ningún detalle y mucho menos siendo lo observadora que había sido con Clara.
Lucía rompió el silencio.
-Carmen, ¿Qué pasa si ella no es como parece? Solo hace tres días que la conoces. A veces las personas no son como tú piensas. ¿Qué pasa si ella se está aprovechando de que sabe que quieres irte? Y enserio ¿estás dispuesta a ir donde ella te mande sin saber que te espera? ¿en otro lugar? ¿tú sola?-dijo ella preocupada.
Quizás ella tuviera razón, pero me daba igual.
Yo estaba convencida que ese era mi objetivo.
Clara era la única persona hasta el momento que me había ofrecido una posible salida.
-No pienso quedarme con esa duda. Si la cago, la cagué. No pienso quedarme aquí por mucho tiempo cuando todo me recuerda a Alberto. - dije sin dar mi brazo a torcer para entrar en dudas.
Mi respuesta fue tajante.
Con lo de Alberto les había tocado a las dos la vena sensible y de pena que sentían por mí.
Sabían lo duro que estaba siendo estar en Cáceres y ver que todo el mundo me decía algo de él o que todo, incluso ellas, me recordaran a él.
Muchos años juntos.
Estaba dispuesta a equivocarme y asumir las consecuencias por Clara.
-No te preocupes Carmen. Confío en tí. Es muy raro que tú te fíes de alguien que acabas de conocer. Por la manera que hablas de ella me apetece incluso conocerla.-dijo Mery.
-Quién sabe. Quizás estés aún a tiempo de conocerla. Aunque se va a ir a Nueva York y es posible que no vuelva a saber de ella. No lo sé.
Se hizo un silencio.
Ellas vieron que yo solo de pensar que Clara se iba a ir me puse mal, por lo que no se volvió a hablar del tema mientras estuvimos las tres.
Después de cenar juntas y pasárnoslo como enanas llegó la hora de marcharse.
En el coche Lucía y yo de camino a casa le describía los pendientes que yo había visto en los cajones que tenía Clara en su casa.
Ella flipaba con todas las cosas lujosas que yo le contaba entre el coche, la ropa, la casa…
-En cuanto sepas algo nuevo me llamas, ¿vale?- me dijo antes de salir del coche.
-Eso esta hecho.
Nos despedimos con un abrazo y me dirigí hacia casa.
En ese momento alguien me dio un toque al móvil.
Me acordé que era Jordi y que a continuación le tendría que llamar.
En cuanto me bajé del coche le llamé.
-¿Qué me cuenta el chico de la cita?-le dije yo con mi tono guasón.
- Pues todo esta saliendo como planeó Clara, a si es que bien. No sé de dónde la has sacado pero me ha hecho el tío más feliz del mundo. Alomejor esta noche mojo y todo.
-¿Estás nervioso aún?-dije riéndome.
-No, ya no. No sé porqué, pero ahora estoy totalmente como en una nube a su lado y es fácil hablar con ella. Es perfecta y ha venido guapísima…-dijo empezando un tono de alelado.
-Pues me alegro mucho. Ya me contarás mañana, ¿vale? Ahora vete con ella que yo estoy malísima.
- Eso esta hecho. Me voy que me esta esperando en la cola.-dijo riéndose.
-Adiós.
-Adiós.
Era una alegría saber que Jordi estaba igual de enchochado que Mery y el futbolista. La diferencia es que Jordi había sufrido muchísimo más por aquella cita que nadie .

Me fui a la cocina a ayudar a mi madre con la comida para mañana.
Mi cometido era pelar patatas.
Una vez el programa que las dos estábamos viendo cambió a publicidad, ella me miró indecisa como si quisiera decirme algo pero no se atreviera.
No era usual ver a mi madre nerviosa.
Que raro…
Mi madre es la que te suelta las cosas de golpe.
Si te gustan bien, si no también.

¿De qué iría el asunto esta vez?
¿Algo que le de miedo decirme mi madre?
¿Desde cuando?

Esto si que me asusta.

1 comentario:

  1. Necesito saber que va a decirle su señora madre... no me deje con la duda, que es un sin-vivir!
    Me recuerdan sus textos a esos antiguos cliffhangers con los que cerraban los seriales de veinte minutos en los cines: intensos y con un final que te obliga a volver.
    Felicidades: ese es uno de los secretos del buen escritor... enganchar.

    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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