Gracias por leerlo :D

¡Empiecen desde la 1ª Entrada si queréis leer la historia de Carmen! No empiecen la casa por el tejado.


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domingo, 30 de mayo de 2010

30. Despedidas.

-¿Qué es?
-Pues algo que te va hacer muchísima falta para llegar allí.-Abrió la carpeta.-Aquí tienes el billete de avión, una lista con los sitios a los que tienes que ir, los números de mis hijos por si tienes cualquier problema, peluquería, restaurantes, el número del hotel y el nombre del jefe, tienes que decirle que vienes de mi parte, ¿Vale?
Ella no paraba de sacar papeles de la carpeta.
Todo en muy poco tiempo.
Yo aún no lo asimilo.
Veo y aún no creo.
-Sí…
-Aquí en este bolsillo de la tarjeta tienes una tarjeta de crédito con dinero para cualquier problema o para lo que quieras. Es tuyo.
-Pero Clara, que yo tengo dinero ahorrado, no hace falta…
Me miró enfadada.
-¿Cuál era el trato? Que aceptarás mis consejos y este es uno. Te llevarás esta tarjeta por si acaso tienes cualquier problema o por si lo necesitas. ¿Está claro?-dijo molesta por no aceptarlo a la primera.
-Si, clarísimo.-dije yo asustada de que se enfadara y todo se fuera al traste.
-Entonces sigo. Aquí tienes la dirección de la casa y las llaves en el bolsillito de atrás.
Échale un vistazo en casa, pero aquí está todo lo que puedas necesitar.
Entonces vi que cogió otra cosa del cajón.
Era una caja que colocó al lado de la carpeta.
-¿Y eso?
-Es una cámara de fotos. Es para que me envíes las fotos que quieras enseñarme, claro.
Me haría ilusión que me mandaras alguna foto todos los días.
-Eso esta hecho…Como si quieres que te envíe una foto de cada perro que vea, yo lo hago.
Eso la hizo reír a carcajadas.
La vi mas joven y mas viva.
Estaba incluso hiperactiva por enseñarme cosas que tendría allí guardadas.
La veía muy ilusionada.
Verla reír me tranquilizaba y alegraba.
-Mira, cuando estés allí que no se te olvide leer estas revistas. Tendrás que estar al día de lo que está de moda en la ciudad. Por ahora creo que no necesitas nada más. ¿Mañana te veo?
-Cuando tu quieras. Ahora tengo mucho tiempo libre.
-Pues si puedes ven a cenar.-dijo ella.
-Pues claro que si y mas aún con una cocinera tan estupenda como tú.
-Eso es una historia que ya te contaré mañana.-Sonrió en señal de agradecimiento.- ¿Porqué siempre te acabo entreteniendo con mis cosas? Te tengo que aburrir.
-Pues si sabes que me encanta escucharte.
No podía creer que pensara que me aburría.
Otra persona vale que podría ser un come orejas, pero ella no.
Clara no me aburriría nunca.
Había cambiado en unos días mi manera de vivir, sentir, soñar…
Ella había hecho que volviera a confiar en mí y en lo que creo que puede pasar.
Me había ofrecido una vida nueva sin nada a cambio.
Clara se había convertido en mi modelo a seguir y necesitaba saberlo todo de ella.
-Es toda una suerte parecerte tan interesante. Te acompaño a la puerta.-dijo dándome la cámara de fotos.
Entonces la vi como si se acordara de algún detalle, pero pasó de contármelo.
Disimuló cogiendo la carpeta y dándomela.
No me atreví a preguntar.
Podría ser cualquier tontería.
La seguí a la puerta y yo me dirigí a mi casa a comer.
Nada mas abrir la puerta allí estaba mi hermana en la puerta exigiéndome con una cara de enfadada que le contara todo.
Así es que me tocó hablar a mí durante toda la comida.
Siempre omitiendo detalles y contando las cosas básicas que se supone que ellos deberían de saber.
No les dije cosas como lo de la ropa ni lo de la tarjeta de crédito.
Algunos detalles solo serían de mi incumbencia.
Luego tuve que enseñarle el portátil, la carpeta y la cámara de fotos.
Mi hermana solo era capaz de mirarme con los ojos muy abiertos escuchándome y asimilando toda la historia.
Le parecería mentira de no ser por lo que Clara me había ido dando y regalando.
-Estas cosas solo te pasan a ti.-dijo mi hermana viendo detenidamente el portátil.
-Ya ves, la vida da tantas vueltas… Aún no me creo ni la suerte que tengo.-Le confesé.
-Que sepas que me vas a tener que llamar todos los días.
-Eso haré o intentaré. Te aviso que a este paso no voy a ganar el suficiente dinero como para pagar la factura del móvil.-dije en broma.
Ella se hizo la molesta, pero sabía que la llamaría.
Sin que yo lo supiera mis padres lo tenían todo preparado.
Sonó una vez el telefonillo.
Eran mis primas.
A los cinco minutos mis abuelos.
Mas tarde mis tíos.
En el salón más de veinte personas que no me paraban de preguntar por el viaje.
No me hacía gracia el tener que repetir la historia una y otra vez.
A unos les decía más y a otros menos, pero siempre cautelosa de no hablar más de la cuenta.
Mis padres querían que disfrutara el poco tiempo que me quedara aquí con la familia, y así fue.
No parábamos de charlar reír y beber.
Llegó la hora de cenar y allí seguía toda familia.
Unos jugando a las cartas, mi madre enseñando recetas, mi hermana hablando de su boda y yo con mis primas que no paraban de hacerme preguntas y más preguntas.
Llegó la hora de la despedida.
Todos me abrazaron y se despidieron deseándome la mejor de las suertes.
Noté la envidia de mis primas a la hora de irse pero nada grave.
Mis tíos no pararon de repetirme en toda la cena lo maravillosa que era Clara.
Ellos se habían conocido cuando ellos estuvieron a punto de separarse.
Era un tema muy personal, por lo que no quería hacer preguntas y ellos no querían hablar de aquella época oscura de su relación.
Les entendía.
Era como si a mí no me pararan de preguntar por Alberto y por los motivos de la ruptura.
Hay cosas que es mejor dejarlas enterradas para que no hagan daño.
Mis abuelos tenían una llorera imparable diciéndome que no iba a estar en navidades, incluso casi hacen que yo me ponga a llorar.
Me hice la fuerte y aguanté el tipo.
Por otra parte estoy dando botes de alegría por dentro, por lo que no iba a venirme abajo.
En realidad creo que no lloré por que en realidad no soy consciente aun de que no voy a estar aquí en una fecha tan señalada cómo es la navidad.
Ayudé a mi madre a colocar todo y a limpiar.
Hablé un rato con Lucía por el tuenti.
Ella me confirmó que ya todo lo de la fiesta estaba preparado.
La última noche que pasaba en Cáceres sería una noche de fiesta.
Me eché las manos a la cabeza por solo pensar que me quedaban dos días en Cáceres… Mañana y pasado.
El corazón me empezó a latir a mil por hora.
Dejé el ordenador, cené algo y me hice una tila para dormir.
Por suerte estaba tan cansada que caí dormida enseguida.
Mañana sería otro día.
Otro día más cerca de Nueva York y mi nueva vida.

1 comentario:

  1. ¿Había un billete de avión?
    Yo quería un microfilm o un virus o algo estilo "misión imposible"!!!!
    Y además no hay sexo!!!!
    Bromas aparte...
    Siga escribiendo: me encanta.
    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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